La jornada del día jueves en el Vaticano estará colmada de comentarios respecto a un solo tema: la publicación de los libros «Vía Crucis» y «Avaricia». Como se recordará, ambos fueron escritos en base a documentos privados de la Santa Sede y grabaciones al Santo Padre, sobre asuntos económicos. Por tal motivo, generaron una gran preocupación dentro del círculo papal y derivaron en la detención de monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda, secretario económico de la Santa Sede. Al respecto, el vocero Federico Lombardi aclaró que las publicaciones «no influirán en las decisiones de Francisco».

«La publicación de los libros “Vía  Crucis” y “Avarizia” no va a influir en las decisiones que el Papa debe tomar. En el Vaticano se conoce la realidad y los problemas y la línea que se debe seguir sin la necesidad de los libros de Nuzzi y Fittipaldi», aseguró el director de la oficina de prensa del Vaticano.

Los libros de Gianluigi Nuzzi “Vía Crucis” y Emiliano Fittipaldi “Avarizia”, que salen a la venta mañana,  han despertado en los días previos un fuerte interés mediático que además se multiplicó desde este lunes cuando el Vaticano anunció la detención de monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda y Francesca Chaouqui –quien fue liberada tras ser interrogada- secretario y miembro de la COSEA, Comisión Referente de Estudio y Guía sobre la Organización de las Estructuras Económico-administrativas de la Santa Sede, ya disuelta tras el cumplimiento de su mandato.

 “El Santo Padre está sereno, sabe muy bien qué debe hacer y sabe que hay dificultades en la vida, sabe cuál es su misión y la obra que tiene que hacer y cómo continuar”, sostuvo Lombardi.

En una nota publicada por el portavoz vaticano, “una buena parte de lo que ha sido publicado es el resultado de una divulgación de noticias y documentos reservados y por tanto de una actividad ilícita que  es perseguida penalmente con decisión por parte de las autoridades vaticanas pertinentes”.

A propósito de las investigaciones que se están realizando actualmente en el Vaticano, el portavoz informó que “la Oficina del Promotor de Justicia ante el Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, tras un informe de la Autoridad de Información Financiera, en el pasado mes de febrero de 2015 inició las investigaciones relativas a operaciones de compraventa de títulos y transacciones atribuibles al señor Gianpietro Nattino”.

Según reveló la agencia Reuters, Nattino -presidente de Banca FINNAT Euroamérica SpA, un banco italiano privado de gestión familiar- es sospechoso de utilizar  la Administración del Patrimonio de la Santa Sede (APSA) para blanquear dinero.  El padre Lombardi también aseguró a los periodistas que la misma Oficina “ha pedido la colaboración de la Autoridad judiciaria italiana y suiza mediante cartas rogatorias enviadas por vía diplomática el 7 de agosto de 2015”.

Prosiguiendo con las explicaciones sobre las investigaciones realizadas por la Gendarmería a propósito de la filtración de documentación privada, el portavoz del Vaticano ha recordado que “a la luz de los resultados de los interrogatorios hechos se podrán hacer verificaciones y comprobaciones” pero esto no significa que haya más personas investigadas.

Sobre los libros de Nuzzi y Fittipaldi, el Portavoz del Vaticano también reconoció que “se puede decir que por la mayor parte se trata de información ya conocida, aunque a menudo con menos amplitud y detalle”. Pero sobre todo hay que señalar -considera el portavoz- que la documentación publicada está relacionada en gran parte con la notable recopilación de datos e informaciones puesta en marcha por el Santo Padre en persona para llevar a cabo un análisis y una reflexión acerca de la reforma y la mejora de la situación administrativa del Vaticano y la Santa Sede.

Por eso, el portavoz considera que “una gran cantidad de información de esta naturaleza debe ser estudiada, entendida e interpretada con cuidado, equilibrio y atención. A menudo, partiendo de los mismos datos, son posibles lecturas diferentes”.

Por poner un ejemplo, habla del fondo de pensiones, “que ha merecido, en tiempos sucesivos, diversas evaluaciones, desde las que hablan con preocupación de un gran «agujero», a las que proporcionan una lectura tranquilizadora como resultaba de los Comunicados oficiales publicados con autoridad a través de la Oficina de Prensa de la Santa Sede”.

También señala el tema la cuestión de los fines y el uso de los bienes que pertenecen a la Santa Sede. “Bienes que, analizados en conjunto, parecen ingentes, cuando en realidad tienen el fin de sostener a lo largo del tiempo amplísimas actividades de servicio cuya gestión corre a cargo de la Santa Sede o instituciones con ella relacionadas, tanto en Roma como en las diversas partes del mundo”, explica el padre Lombardi. A propósito recuerda que “el origen de la propiedad de estos bienes es diverso y desde hace tiempo están también disponibles varias herramientas para conocer su historia y su evolución”.

Respecto al Óbolo de San Pedro, otro de los temas cuestionados en los libros, “es necesario tener en cuenta que sus usos son diferentes, dependiendo también de las situaciones, a juicio del Santo Padre, a las que se da la ofrenda, con la confianza de los fieles que sostienen su ministerio”, explica el portavoz del Vaticano.

Las obras de caridad del Papa para los pobres son indudablemente una de los más importantes -recordó- pero desde luego los fieles no tienen la intención de excluir que el Papa pueda evaluar por sí mismo las situaciones de emergencia y el modo de responder a ellas a la luz de su servicio para el bien de la Iglesia universal.

Por todo ello, el padre Lombardi subraya que “habría que tener la seriedad de profundizar en las situaciones y los problemas específicos, para reconocer lo mucho (más de lo que generalmente se diga y silenciado sistemáticamente en la clase de publicaciones de las que estamos hablando) que es completamente justificado y normal y bien administrado (comprendido el pago de los debidos impuestos) y distinguir donde hay problemas que deben corregirse, oscuridades que deben iluminarse, verdaderas irregularidades o ilegalidades que deben eliminarse”.

De este modo, observa que “la publicación a granel de una gran cantidad de informaciones diferentes”, sin la posibilidad necesaria de profundización y evaluación objetiva alcanza, en cambio, el resultado de crear la impresión de lo contrario, “de un reinado permanente de la confusión, de la falta de transparencia, cuando no de la búsqueda de intereses individuales o incorrectos”.

Finalmente, el padre Lombardi considera que “así no se reconoce en absoluto el valor y el esfuerzo con los que el Papa y sus colaboradores han enfrentado y siguen enfrentando el reto de mejorar el uso de los bienes temporales al servicio de los espirituales”.

En tanto el sacerdote español, Lucio Ángel Vallejo Balda, miembro del Opus Dei, al que el Vaticano acusa de haber filtrado documentos confidenciales sobre la reforma financiera de la Santa Sede. También fue arrestada y luego puesta en libertad la consultora Francesca Chaouqui.

Experto en asuntos económicos y jurista, Vallejo Balda fue arrestado por el robo de documentos confidenciales relacionados con la delicada reforma económica y de organización interna que lleva a cabo el Papa Francisco.

Hasta hace un año, ocupaba el puesto de secretario de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede, pero fue destituido por el papa Francisco después de que participara en un banquete de lujo en la azotea de la prefectura vaticana de Asuntos Económicos durante la canonización del Papa Juan Pablo II y Juan XXIII.

Según la prensa italiana, fueron robados datos importantes del computador de un auditor externo, a quien el Vaticano le pidió controlar sus finanzas en el marco de esa reforma. Se trata de Libero Milone, que tiene la oficina no muy lejos de la plaza San Pedro.

Además de Vallejo Balda, también fue arrestada previamente Francesca Chaouqui, consultora de la reforma económica pero que posteriormente fue puesta en libertad por “su colaboración en la investigación”.