Por Juan José Dorado desde París

La reciente victoria de la selección francesa en el Mundial de Fútbol no ha hecho subir la popularidad del presidente Emmanuel Macron. Varios sondeos señalan que el 66 % de los franceses no aprueban su política y esa tendencia se ve incluso entre los simpatizantes de su propia mayoría parlamentaria.

Para el 74 % de los franceses, Macron es efectivamente el presidente de los ricos. Pero hay otras cifras que hacen aún más daño a la maltrecha imagen del mandatario. El 84 % considera que no es humilde y el 75 % que no está cerca de los ciudadanos mientras que un 71 % opina que no es un presidente justo.

Macron es un presidente que ha olvidado las políticas sociales, denuncian los sindicatos desde hace más de un año.

Lo que falta en Francia es política social. El jefe del Estado pierde 12 puntos de confianza entre los ciudadanos de más de 50 años. El 81 % de los obreros y el 77 % de los habitantes de las comunas rurales le han dado también la espalda.

Con los ojos puestos en los malos sondeos de opinión, el jefe del Estado y su Gobierno tienen que hacer algo pero, qué proponer cuando el 60 % de la población considera que la situación económica de Francia va a empeorar.