La delegación del Gobierno sirio llegó hoy a la sede de la ONU en Ginebra para continuar con las negociaciones de paz, que empezaron el pasado viernes bajo la conducción del enviado especial de esta organización para el país de Medio Oriente, Staffan de Mistura.

Luego de una pausa y tras dos días de discusiones, los enviados del gobierno de Bashar Al Assad centraron su agenda, igual que en las reuniones anteriores, en cuestiones de seguridad y lucha contra el terrorismo, informó la agencia de noticias EFE.

La oposición, en tanto, optó por abordar inicialmente aspectos relacionados con la transición política que esperan que ocurra en Siria.

El aumento de la violencia armada en Siria al empezar esta quinta ronda de negociaciones generó alarma por su potencial efecto desestabilizador en los esfuerzos diplomáticos que se hacen para poner fin a seis años de guerra civil en el país árabe.

La reuniones durante la jornada de hoy serán dirigidas por el adjunto del mediador, Ramzy Ezzeldin Ramzy, en vista de que De Mistura se encuentra en Jordania, donde aprovechará una reunión de la Liga Árabe para entrevistarse con autoridades de los países de la región involucrados en el conflicto.

De Mistura teme que la nueva escalada del conflicto, en particular en los alrededores de Damasco y en la provincia de Hama, pueda originar un nuevo fracaso de las negociaciones, que se apoyan en una tregua en vigor desde finales de diciembre, auspiciada por Rusia, Irán y Turquía.

En tanto, las Fuerzas de Siria Democrática (FSD, una alianza armada liderada por las milicias kurdas) suspendieron hoy durante cuatro horas las acciones en el dique del Éufrates (también conocido como «presa de Al Tabqa»), controlado por el grupo islamista radical Estado Islámico (EI), para «garantizar su seguridad».

Las FSD anunciaron, en un comunicado publicado en Telegram, que la decisión se tomó para adoptar las medidas necesarias con el fin de garantizar la seguridad en la instalación, a petición de la Dirección de Diques.

Ayer, la agencia de noticias Amaq, vinculada al EI, aseguró que el dique sufría «riesgo de derrumbe» por los bombardeos y los ataques de artillería de la coalición, así como por el aumento del nivel del agua.

Con esta medida las FSD también buscan facilitar el acceso de los equipos técnicos a la presa, situada en el oeste de la provincia nororiental siria de Al Raqqa, para que puedan llevar a cabo su trabajo.

Las FSD, que tienen el respaldo de fuerzas especiales estadounidenses sobre el terreno y de los aviones de la coalición, arrebataron ayer a los yihadistas el control de la base aérea de Al Tabqa, próxima al dique, en el marco de su operación «Ira del Éufrates».

En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó hoy su «profunda preocupación» ante el deterioro de la situación sanitaria en la zona de Ghouta Oriental, región siria al noreste de Damasco donde más de 300.000 personas se encuentran asediadas.

«El tiempo se está acabando para la gente de Ghouta Oriental. A medida que aumentan las necesidades sanitarias, los recursos disponibles se están agotando día tras día», aseguró en un comunicado la representante de la OMS en Siria, Elizabeth Hoff.

Según Holf, el principal objetivo ahora es el «acceso inmediato de ayuda humanitaria para miles de hombres, mujeres y niños» que se encuentran en situación de vulnerabilidad.

Según la OMS, los tres hospitales públicos y diecisiete centros de salud que hay en la región son inaccesibles para la población.

La OMS exigió que «todas las partes en el conflicto cumplan con sus obligaciones», así como facilitar «el acceso humanitario seguro e ininterrumpido» a Ghouta Oriental, el principal bastión opositor en las afueras damacenas.