“Es necesario un uso contundente de la fuerza por uso policial multinacional y el uso de activos militares para restaurar la ley, el orden y desarmar a las bandas de Haití”, afirmó el jefe de la ONU, António Guterres al Consejo de Seguridad, en un informe.

Ese país solicitó el año pasado ayuda internacional para combatir las violentas bandas que han invadido en gran medida la capital, Puerto Príncipe.

Guterres sugirió en octubre que los países enviaran una «fuerza de acción rápida» para apoyar a la policía local.

El mes pasado, el Consejo animó a los países a proporcionar apoyo en materia de seguridad y pidió a Guterres que informara en un plazo de 30 días sobre todas las opciones de la ONU, incluido el respaldo a una fuerza multinacional ajena a la organización o una posible operación de mantenimiento de la paz.

El informe de Guterres se distribuyó a los quince miembros del Consejo y en él se esbozaban dos posibles opciones de la ONU: proporcionar apoyo logístico a una fuerza multinacional y a la policía de Haití y reforzar una misión política de Naciones Unidas que ya se encuentra en la empobrecida nación centroamericana.

«El contexto actual de Haití no es propicio para el mantenimiento de la paz», escribió Guterres, añadiendo que había que restaurar la ley y el orden, desarmar a las bandas, asegurar las instalaciones estratégicas y las carreteras y restaurar la presencia del Estado para proporcionar servicios básicos.

El secretario, quien visitó Haití el mes pasado, acotó: «Nada que no sea el uso contundente de la fuerza, complementado con un conjunto de medidas no cinéticas, por parte de una fuerza policial multinacional especializada y capaz, apoyada por medios militares y coordinada con la policía nacional, podrá alcanzar estos objetivos».

Las fuerzas de paz de la ONU fueron desplegadas en Haití en 2004, después de que una rebelión condujera a la destitución y exilio del entonces presidente Jean-Bertrand Aristide.

Las tropas de mantenimiento de la paz se marcharon en 2017 y fueron sustituidas por la policía de la ONU, que se marchó en 2019.

 

LA DESCONFIANZA DE LOS HABITANTES

Los haitianos desconfían de una presencia armada de la ONU. El país caribeño estuvo libre de cólera hasta 2010, cuando las fuerzas de paz de la ONU vertieron aguas residuales infectadas en un río.

Más de 9.000 personas fallecieron a causa de la enfermedad y unas 800.000 enfermaron.

Guterres volvió a hacer un llamado para que los países «actúen ya» para contribuir al uso de una fuerza multinacional no perteneciente a la ONU y para que el Consejo de Seguridad respaldara dicha medida.

Estados Unidos ya aseguró que está dispuesto a presentar un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad para respaldar el uso de la fuerza.