La Organización de Naciones Unidas (ONU), a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA), advirtió este viernes que la cadena comercial de suministro de alimentos se está deteriorando en Ucrania a causa de la situación bélica, y que se está exacerbando una crisis global con precios a valores récord.

De acuerdo con la agencia, la invasión por parte de Rusia está generando dificultades en la capacidad de Ucrania para transportar alimentos dentro y fuera del país.

Ucrania es un importante productor de alimentos siendo el quinto exportador mundial de trigo (con un 10% de participación global), además de generar el 70% del aceite de girasol del mundo.

«La cadena de suministro de alimentos del país se está derrumbando», alertó Jakob Kern, coordinador de emergencia para Ucrania del PMA, en declaraciones realizadas durante una videollamada a la prensa y difundidas por la agencia Bloomberg.

Kern manifestó que el Programa Mundial de Alimentos se encuentra «preocupado por el efecto del conflicto en la seguridad alimentaria global»; además de la situación en ciudades como Mariúpol donde los suministros de alimentos y agua se están agotado, y la asistencia no puede ingresar debido a que se encuentran rodeadas por las fuerzas rusas.

Antes de la guerra, el programa humanitario de la ONU que distribuye alimentos en situaciones de emergencia y de hambre, compraba cerca de la mitad de su stock de trigo a Ucrania.

De acuerdo con un reporte del PMA, el programa ya distribuyó 55.000 millones de toneladas de alimentos en Ucrania como asistencia frente a la guerra.

«Los incrementos en los precios internacionales de los alimentos generados por el conflicto, una vez trasladados a los mercados domésticos, limitarán el acceso de las personas a los alimentos», advirtieron.

Asimismo, señalaron que los países que más se verán afectados son los que más dependen del trigo ucraniano, incluyendo Afganistán, Etiopia, Siria y Yemen, además de Egipto, país que importa granos tanto de Rusia como Ucrania.

Los propios aumentos en los alimentos y los combustibles implicarán que el programa de la ONU necesite US$ 71 millones más por mes para solventarse, según estimaciones del propio organismo.