El histórico jefe de ETA José Antonio Urritikoetxea, alias Josu Ternera, quedó hoy en libertad bajo control judicial en Francia debido a los problemas de salud que padece, que llevaron a su detención en ese país el 16 de mayo último tras permanecer 17 años prófugo.

Ternera, de 68 años, deberá entregar su pasaporte y no podrá salir de Francia, además de tener que presentarse en una comisaría del centro de París una vez a la semana, de acuerdo con el Tribunal de Apelaciones de la capital francesa, que decretó su inmediata libertad.

El tribunal francés accedió al pedido de los abogados del ex jefe etarra, que exigieron su excarcelación alegando los problemas de salud que padece Ternera, quien debe ser operado de la próstata a raíz del cáncer, y también su papel «clave» en la disolución de ETA, según fuentes judiciales citadas por la prensa local.

El último jefe político del desaparecido grupo separatista armado vasco luce una apariencia frágil, muy delgado, de acuerdo con las imágenes difundidas por la prensa.

Tras ser arrestado a mediados de mayo en la localidad francesa de Sallanches, en los Alpes, cuando acudía a un hospital a recibir tratamiento para el cáncer que sufre, Ternera ingresó directamente a la cárcel para cumplir las penas de 7 y 8 años dictadas en su contra en ausencia por parte de la justicia gala.

Sobre él pesaba también una orden captura dictada por la Justicia española en 2002, cuando huyó de España tras ser citado a declarar acusado de haber ordenado un atentado contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza, que provocó la muerte a 11 personas, entre ellos 6 niños.

El emblemático dirigente puso su voz al comunicado difundido por la prensa española el 3 de mayo de 2018 por medio del cual ETA anunciaba su inminente disolución tras 60 años de lucha armada, que fue certificada al día siguiente por observadores internacionales en la localidad vascofrancesa de Cambo les Bains.

Además del caso de la Casa Cuartel de Zaragoza, Ternera está acusado en España del asesinato de un directivo de la empresa Michelin, en 1980; de la financiación de ETA a través de las herriko tabernas (bares independentistas); y por crímenes de lesa humanidad.