China calificó la visita de la jefa de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, como una oportunidad para «aclarar desinformaciones» sobre denuncias de persecución a la minoría uigur, mientras miembros de ese colectivo musulmán advirtieron que podría convertirse en una maniobra de relaciones públicas de Beijing.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos comenzó este lunes una visita de seis días a China que incluye Xinjiang, región nororiental en la que las autoridades chinas están acusadas de perseguir a la minoría uigur, para recabar información de primera mano y gracias a una autorización del Gobierno.

Los uigures en el exilio reclamaron firmeza a Bachelet, en medio de una serie de declaraciones que dieron cuenta de la relevancia que atribuyen al viaje de la ex mandataria chilena.

Nursimangul Abdureshid, una uigur radicada en Turquía, comentó: «No tengo mucha esperanza de que su visita traiga cambios» y pidió a Bachelet que visite «a las víctimas, como mi familia, no las escenas preparadas por el Gobierno chino», informó la agencia de noticias AFP.

Bachelet visitará entre este martes y miércoles las ciudades de Urumqi y Khashgar, ambas en Xinjiang.

«Espero que pueda preguntar al Gobierno chino sobre el paradero de mi madre», dijo por su parte Jevlan Shirement, un uigur de 31 años exiliado en Turquía que hace cuatro años que no sabe de su progenitora.

En un encuentro con Bachelet en Cantón, el canciller chino Wang Yi expresó «la esperanza de que esta visita ayude a reforzar la comprensión y la cooperación y a aclarar la desinformación», indicó su oficina en una nota.

El texto no aludió a Xinjiang.

En su informe de la reunión, la agencia estatal de noticias Xinhua dijo que Bachelet «felicitó a China por sus importantes logros en el desarrollo económico y social y en la promoción de la protección de los derechos humanos».

El portavoz de Bachelet no confirmó lo que se dijo fuera de los comentarios iniciales.

La capital regional Urumqi, con una población de 4 millones, es hogar de una importante comunidad uigur y fue escenario de choques étnicos en 2009 y de dos atentados en 2014.

Por su parte, Khashgar, con 700.000 habitantes, yace en la cuna de la comunidad uigur en el sur de Xinjiang.

Varias oenegés expresaron preocupación de que las autoridades chinas impidan a Bachelet realizar una investigación exhaustiva de las presuntas vulneraciones de derechos y Estados Unidos mostró su inquietud por la falta de garantías previas sobre qué podría visitar.

«Nos preocupa mucho que esta visita traiga pocos beneficios para víctimas y activistas a un costo político muy alto», declaró Raphael David, del International Service for Human Rights.

«Bachelet tiene que entender que está en juego la confianza mundial en la ONU y la capacidad de su propia oficina de responder a una crisis de derechos humanos en una potencia mundial», agregó David

En Cantón, donde se reunió con Wang, Bachelet aseguró que discutirá «algunos temas muy importantes y delicados». «Espero que esto nos ayude a crear confianza», dijo.

También mantuvo encuentros telemáticos con los titulares de unas 70 misiones extranjeras en China, según fuentes diplomáticas, que dijeron que les dio garantías de su acceso a centros de detención y defensores de las libertades.

La oficina de la Alta Comisionada informó también de reuniones con organizaciones de la sociedad civil, representantes empresariales y académicos.

Además de detenciones masivas, investigadores y activistas denuncian que las autoridades chinas han desplegado una campaña de trabajos forzados, esterilización de mujeres y destrucción del legado cultural uigur en Xinjiang.

Los miembros exiliados de esta comunidad han celebrado manifestaciones en semanas recientes presionando a Bachelet para que visite a sus familiares detenidos en la región.

Al iniciar la visita de Bachelet, documentos filtrados ayer por un consorcio de medios mostraron miles de fotografías del sistema de encarcelamiento masivo de Xinjiang, incluyendo rostros de uigures detenidos.

La más joven tenía solo 15 años al momento de su detención, según los documentos.