Miles de jóvenes salieron este sábado a las calles de La Habana en una marcha para recordar a ocho estudiantes de Medicina asesinados hace 150 años por el colonialismo español, acto que es considerado como uno de los peores crímenes de la metrópoli en Cuba.

Encabezada por el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, una larga columna de jóvenes partió desde la escalinata de la Universidad de La Habana hasta un recién restaurado monumento erigido en el lugar donde fueron fusilados los alumnos en 1871.

«Aquí se evidencia que los jóvenes se oponen a todo aquello que nos quieren sembrar como parte de la tergiversación de la realidad. Estamos comprometidos con la Revolución y lo hemos podido ver en las calles», dijo la primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas, Aylin Álvarez, en un acto antes de iniciar la marcha.

Vestida con una camiseta con la frase «Ni olvidados, ni muertos», Álvarez dijo que la juventud cubana es protagonista en los principales escenarios y «no solamente en la producción, en lo económico, también en todo lo relacionado con recordar hechos como este».

«Venimos no solo a recordar a los estudiantes fusilados, sino también a ratificar el apoyo a la Revolución», afirmó la joven Yamiley Medina, alumna de tercer año de Ciencias Médicas y participante en la caminata organizada por la Federación Estudiantil Universitaria.

La joven veinteañera, quien estaba ataviada con la habitual bata blanca de los médicos y estudiantes de Medicina, caminó junto a un grupo de condiscípulos «como siempre hemos hecho cada año en un día como este».

En tanto, en otro grupo de alumnos de la enseñanza media, el alumno Ricardo Hernández destacó la magnitud de la participación juvenil como «algo que no se veía desde hace casi dos años como resultado del confinamiento obligado por la pandemia» del nuevo coronavirus.

«Ahora que todos estamos vacunados y regresamos a las clases podemos participar en actividades como esta, que son una tradición entre los estudiantes», dijo.

En la marcha se distinguían con sus camisetas verdes los miembros de la Brigada de Trabajo Voluntario Ernesto Che Guevara, un colectivo de activistas canadienses que cada año llega a Cuba en señal de solidaridad.

La coordinadora de la Brigada, Janine Solanki, reiteró que la presencia en la nación de esos activistas es una muestra de solidaridad «con un país asediado por Estados Unidos por haber decidido tomar un camino de diferente».

«Podemos apreciar la realidad de Cuba, que es ejemplo para luchar por un mundo mejor, y continuaremos luchando contra el otro virus: el bloqueo (aplicado por Washington contra Cuba desde hace más de medio siglo)», expresó la joven residente en Vancouver, Canadá.

La peregrinación se realiza cada año en homenaje a los ocho estudiantes fusilados tras ser acusados falsamente de profanar la tumba del periodista español Gonzalo de Castañón, sepultado en un cementerio habanero.

Declarados inocentes por un Consejo de Guerra sumario, el Cuerpo de Voluntarios de La Habana presionó para un segundo juicio en el que como escarmiento fueron condenados a muerte.

Tras los fusilamientos del 27 de noviembre de 1871, tres de cuyas víctimas fueron escogidas por sorteo, otro grupo fue condenado a presidio y más tarde desterrado.

Xinhua.-