Las partes del conflicto en Yemen aún no habían acordado extender su tregua, lo que generó una nueva incertidumbre y un mayor riesgo de violencia, dijo este jueves el alto funcionario de las Naciones Unidas para Yemen al Consejo de Seguridad, mientras los miembros instaban a todas las partes del conflicto, en particular a los hutíes y la milicia, a mostrar cooperación y flexibilidad y volver a la mesa de negociaciones.

El Enviado Especial del Secretario General para Yemen, Hans Grunberg, dijo que “el pueblo yemení podría perder mucho si la violencia volviera a estallar. Era fundamental poner fin a toda agresión militar, al igual que el pago transparente y regular de los salarios de los funcionarios públicos. La lista de beneficios de la tregua fue larga, incluida una disminución significativa de las bajas civiles”.

“Regresar a la violencia y a la lucha significaría más sufrimiento para el pueblo de Yemen”, continuó, y agregó que “la violencia también tendría efectos desestabilizadores en la región en general y podría poner en peligro las perspectivas futuras de paz”.

En tanto, la subsecretaria general de Asuntos Humanitarios y coordinadora adjunta del Socorro de Emergencia, Joyce Msuya, dijo al Consejo, en su exposición informativa, que “los civiles en Yemen todavía enfrentaban terribles peligros, incluso por las minas terrestres y otros peligros explosivos, que mataron o hirieron a 70 civiles en septiembre”.

“Las actividades cotidianas, como la agricultura o incluso caminar a la escuela, se habían convertido en una amenaza para la vida”, señaló.

Al describir los avances humanitarios de los últimos meses bajo la tregua, advirtió: “No podemos permitir que estos y otros logros se desperdicien”. También pidió la liberación inmediata de dos colegas de las Naciones Unidas que habían estado detenidos en Sana’a durante casi un año, y de cinco funcionarios de las Naciones Unidas que siguen desaparecidos después de haber sido secuestrados en febrero.

En la discusión que siguió, los miembros pidieron a todas las partes que regresaran a la mesa de negociaciones, advirtiendo que cualquier escalada en la lucha solo resultaría en dolor y sufrimiento para el pueblo yemení, que ya había soportado tanto.

El representante de los Estados Unidos se hizo eco del sentimiento de varios oradores cuando subrayó la necesidad de “pagar los salarios de los funcionarios públicos, enfermeras y maestros” y también pidió un proceso simplificado para garantizar que el puerto de Hudaydah permanezca abierto para permitir el flujo de combustible sin obstáculos.

Varios delegados expresaron su preocupación por la retórica amenazadora de los hutíes sobre el transporte marítimo y los cargamentos, y el representante de los Emiratos Árabes Unidos subrayó que, durante los últimos ocho años, los hutíes habían insistido en seguir un camino de destrucción. “Debemos identificar quién está obstaculizando los esfuerzos de tregua” y tomar medidas contra ellos, dijo.

Otros delegados destacaron la difícil situación humanitaria del pueblo yemení en sus llamados a la paz, y el representante de la India instó a “las partes en conflicto a adoptar un enfoque del conflicto centrado en el ser humano”.

De hecho, el delegado de Noruega dijo que seis meses de tregua habían traído una reducción significativa de la violencia y las bajas civiles. Las bajas infantiles habían disminuido en un 34 por ciento, agregó.

El delegado de Arabia Saudita dijo que el rechazo de la milicia Houthi a la propuesta de extender la tregua no sorprendió a quienes conocían al grupo. Los huzíes tomaron como rehenes al pueblo yemení y expusieron a generaciones a los riesgos del conflicto armado y la guerra.

Describió otras actividades perturbadoras de los hutíes y agregó: “No son pacíficos y no les importa el sufrimiento del pueblo yemení”. Hizo un llamado a la comunidad internacional y al Consejo para reevaluarlos y calificarlos como grupo terrorista, por lo que sus fuentes de financiamiento se secaron.

El delegado de Yemen dijo que la milicia Houthi continuó explotando el dolor del pueblo yemení para su propio beneficio. El Gobierno de Yemen había cooperado mucho en el proceso de renovación de la tregua y seguía comprometido con la paz y con poner fin al conflicto. Pero ampliar la tregua “no debería hacerse a expensas de nuestra soberanía” ni debería empoderar a la milicia Houthi.

El Gobierno mantiene su parte en la tregua, incluso al continuar facilitando la llegada de combustible y embarcaciones, dijo el delegado de Yemen. A pesar de sus amenazas de violencia, los huzíes también habían lanzado amenazas contra empresas petroleras y de navegación marítima internacional, lo que afectaría gravemente a la economía de Yemen.

También hablaron este jueves los representantes del Reino Unido, China, la Federación Rusa, México, Kenia, Brasil, Ghana, Irlanda, Francia, Albania y Gabón.