Denuncias de que una mujer drogadicta fue sometida a una esterilización «forzada» por orden de un juez levantan polvareda en Brasil, donde el prominente candidato presidencial Jair Bolsonaro ha generado su propia controversia con sus propuestas de control de natalidad.

En efecto, Janaina Aparecida Quirino, madre de siete niños y embarazada de un octavo, fue sometida a una ligadura de trompas en Mococa, en el interior de Sao Paulo, tras la decisión de un juez.

Aunque él asegura que la mujer lo quería.

Sin embargo, el diario Folha de S. Paulo sacó a la luz otra versión de los hechos el pasado fin de semana, asegurando que la mujer era una sin techo y fue sometida al procedimiento sin su consentimiento.

Cuando una corte de apelaciones tomó el fallo del juez, «la mutilación ya se había realizado», escribió en el periódico el respetado profesor de derecho constitucional Oscar Vilhena.

El Instituto de Garantías Penales (IGP), una ONG fundada por abogados, coincidió en esa versión y dijo que «Janaina despertó bajo la custodia de personas que no conocía, como parte de un caso judicial del cual no había sido informada».

La organización llegó a comparar la situación a la novela «El Proceso» de Franz Kafka, que relata la historia de un hombre que fue enjuiciado sin siquiera haber sido informado de qué se le acusaba.

Tras la repercusión del artículo en Folha, el juez Djalma Moreira Gomes aseguró que Janaina no era una sin techo e insistió en que expresó su acuerdo de forma «totalmente consciente» en un documento firmado de su propia mano.

El ambiente familiar de Janaina «se caracterizaba por la dependencia a las drogas de los padres, su fracaso en seguir los tratamientos recomendados, agresiones físicas en la pareja, violencia física contra los hijos (…) y dificultades financieras», argumentó el juez en un comunicado.

Tratada como una «cosa»

Sin embargo, detalles cruciales del caso, incluso sus fechas, son poco claros.

La orden del juez está fechada en octubre de 2017, cuando Janaina Aparecida aún estaba embarazada, y la esterilización se hizo después del alumbramiento.

El documento oficial que ella habría firmado, publicado por la prensa brasileña, es de 2015.

Según el despacho del juez, existe un informe de un psicólogo que atestó nuevamente el consentimiento de la mujer, pero permanece bajo secreto judicial.

Según trascendidos, la mujer ni siquiera tendría un abogado, lo que podría generar dudas sobre la validez de todo lo que ella pudiera haber firmado.

Sea como fuere, la historia de Janaina desató debates en el gigante latinoamericano.

El IGP afirmó incluso que esta esterilización forzada es como la «eugenesia que se hace con los animales».

«Fue tratada como un objeto, como una cosa», coincidió, de su lado, otro grupo de defensa de los derechos humanos, la Asociación Brasileña de Abogados por la Democracia.

Pero no todo el mundo piensa igual.

Janaina Paschoal, abogada célebre por su papel en el impeachment a la izquierdista Dilma Rousseff en 2016, considera que este era un típico «hard case» (caso duro) ya que se trataba de una «usuaria de crack, con sucesivas gestaciones y varios hijos abandonados, víctimas de violencia».

«Es verdad que, de los métodos anticonceptivos, la esterilización es el más drástico, pero es un método lícito (…) El juez y el promotor pensaron en los niños», escribió Paschoal en Twitter.

El debate cobra un interés especial después de que uno de los favoritos para las elecciones presidenciales de octubre, el exmilitar de extrema derecha Jair Bolsonaro, haya expresado su apoyo para controlar la reproducción entre los más pobres.

«Solo el control de natalidad puede salvarnos del caos», dijo el diputado en 2008.

Bolsonaro viene haciendo campaña hace años en el Congreso para flexibilizar las leyes para la esterilización, por ejemplo, quitando la edad mínima de 25 años y el necesario consentimiento de la pareja.

Uno de sus hijos, el concejal de Rio Carlos Bolsonaro, publicó un vídeo esta semana para defender a su padre de los señalamientos «ridículos» de que su promoción de la esterilización está dirigida especialmente a los pobres.

«Jair Bolsonaro tiene un proyecto para hacer más fácil una ligadura de trompas o una vasectomía porque hoy hay muchas exigencias burocráticas», argumentó. «Él quiere dar la oportunidad a la gente para pueda tener una planificación familiar», afirmó.