El Gobierno italiano estudia flexibilizar en diciembre el toque de queda nocturno vigente a nivel nacional para permitir cenas en el período navideño, aunque solo con familiares cercanos, según nuevas medidas en análisis para contener la difusión del coronavirus.

Según los diarios Corriere della Sera y Repubblica, el Ejecutivo de Giuseppe Conte ya trabaja en un nuevo decreto con medidas sanitarias para el 3 de diciembre, cuando finalizan las actuales restricciones que prohíben los desplazamientos entre las 22 y las 5 en toda Italia y dividen al país en tres zonas de riesgo epidemiológico.

Una de las hipótesis que maneja el Gobierno, de acuerdo a Corriere, es la posibilidad de permitir las cenas durante el período de Navidad solo con familiares cercanos, siempre y cuando el índice de transmisibilidad Rt se ubique por debajo de 1.

En medio de una segunda ola de coronavirus que provoca más contagios diarios que durante el primer brote de la enfermedad de marzo-abril, el Gobierno piensa que el nuevo pico se alcanzará la semana próxima gracias a las restricciones a la movilidad impuestas a inicios de mes.

En ese marco, los gobernadores de las 20 regiones del país iniciaron reclamos para que las nuevas medidas puedan incluir la apertura nocturna de restaurantes y de negocios durante el fin de semana para estimular al comercio.

«Ya a partir del feriado del 8 de diciembre deben preverse medidas menos severas para aquellos sectores que ya sufren la crisis y en cambio podría beneficiarse de la época de fiestas», manifestó el Gobernador de la Liguria, Giovanni Toti, según reproduce Corriere.

El propio Conte planteó varias veces su intención de extremar las medidas rigurosas durante noviembre para poder flexibilizar las restricciones al comercio antes de la Navidad, en un marco en el que la economía del país podría caer más del 9% en el año, con fuertes pérdidas para los pequeños y medianos comerciantes.

Actualmente, siete regiones del país y la provincia autónoma de Bolzano están caracterizadas como «zona roja», con el confinamiento de las fronteras internas y externas y la prohibición de apertura de bares y restaurantes.

Otras ocho regiones permanecen como «zona naranja», con el cierre de las fronteras internas y externas y la posibilidad de que los bares y restaurantes abran solo de lunes a viernes hasta las 18.

Otras cuatro regiones además de la provincia autónoma de Trento son consideradas «zona amarilla», en las que de todos modos también rige el toque de queda nocturno decretado por Conte hasta el 3 de diciembre.