Israel entró este sábado en una «nueva fase» del conflicto con el movimiento islamista palestino Hamas en la Franja de Gaza, al endurecer su operación terrestre con el envío de tanques e infantería respaldados por ataques desde el aire y el mar que hicieron «temblar el suelo» del enclave palestino, donde ya hay más de 7.700 muertos, mientras el primer ministro Benjamin Netanyahu advirtió que será una guerra «larga y difícil».

Hamas, por su parte, se mostró dispuesto a un canje «inmediato» de rehenes por presos palestinos en cárceles israelíes, así como a un alto el fuego, pero que no contemple negociaciones directas.

«Pasamos a la siguiente fase de la guerra», dijo el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, y aseguró: «Anoche, el suelo tembló en Gaza. Atacamos por encima y bajo tierra. Las instrucciones a las fuerzas son claras. La campaña continuará hasta nuevo aviso».

Los comentarios del ministro dan cuenta del avance gradual de la ofensiva de Israel, que anticipa un ataque terrestre a gran escala, pero que se ha ido demorando por cuestiones «tácticas».

«La guerra en la Franja de Gaza será larga y difícil y estamos listos para librarla”, declaró Netanyahu en Tel Aviv, y añadió que el Ejército «destruirá al enemigo en tierra y bajo tierra», en referencia a la red de túneles por los cuales, según Israel, Hamás burla el bloqueo del enclave.

«En las primeras semanas de la guerra lanzamos ataques aéreos masivos que asestaron un duro golpe al enemigo. Eliminamos a muchos terroristas. Sin embargo, sólo estamos en el principio. Esta es nuestra segunda guerra de independencia», aseguró el premier.

A la vez, Netanyahu consideró que la ampliación de la ofensiva no va en contra de uno de los objetivos de su país, que es recuperar a los rehenes que fueron tomados por Hamas durante su ataque del 7 de octubre, y que el Ejército cifró en 230, después de la liberación de cuatro mujeres.

Antes, el mandatario se había reunido con familiares de los secuestrados y les prometió que «agotará» todas las opciones para lograr su libertad.

El ejército israelí advirtió este sábado que considera toda la zona de Ciudad de Gaza como un «campo de batalla» e instó a la población a «evacuar de inmediato» la localidad hacia el sur de la Franja.

La ONU advirtió esta semana que los bombardeos contra zonas densamente pobladas y el bloqueo de la Franja de Gaza constituyen crímenes de guerra, y cuestionó que el Ejército israelí haya pedido a la población gazatí que abandone ciertas zonas mientras mantiene un férreo bloqueo que impide no sólo la entrada de suministros en el enclave palestino, sino también la huida de la población.

Netanyahu defendió a su Ejército de las acusaciones de que están cometiendo crímenes de guerra.

Israel viene acumulando tropas en la frontera desde la incursión de Hamas del 7 de octubre en el sur de Israel. Hasta ahora, las tropas habían realizado breves incursiones terrestres nocturnas antes de regresar a Israel.

Naciones Unidas advirtió que una incursión militar terrestre a gran escala por parte de Israel podría provocar «miles de civiles muertos más» y su secretario general, António Guterres, criticó duramente esta «escalada sin precedentes» de los bombardeos e instó a un alto el fuego «inmediato».

El número de muertos palestinos en Gaza aumentó a 7.703 personas, con 377 muertes reportadas sólo en la última noche. Entre los muertos hay más de 3.100 niños, según el Ministerio de Salud de Hamas.

Este sábado, el vocero del servicio de protección civil gazatí reportó que sólo en los bombardeos israelíes de la madrugada resultaron «completamente destruidos» cientos de edificios y de casas.

El Ejército de Israel dijo por su lado haber golpeado «150 objetivos subterráneos» en el norte de la Franja de Gaza.

La institución aseguró haber matado a «varios terroristas de Hamas», entre ellos a uno de los responsables de la organización de la ofensiva del 7 de octubre.

Durante este viernes último, Hamas reportó intensos enfrentamientos entre sus combatientes y soldados israelíes, que incursionaron en Beit Hanun, en el norte de la Franja, y en Al Bureij, en el centro.

El Ejército de Israel confirmó que sus fuerzas habían operado «en el interior de Gaza», tal y como hicieron las dos noches anteriores. En respuesta, Hamas disparó cohetes hacia varias ciudades de Israel.

Los bombardeos nocturnos coincidieron con un corte de las comunicaciones y de Internet en la Franja de Gaza, donde viven hacinadas más de 2,4 millones de personas. La Media Luna Roja palestina y varias ONGs y agencias de la ONU dijeron haber perdido contacto con sus equipos.

Las operaciones humanitarias y la actividad de los hospitales «no pueden continuar sin comunicaciones», alertó Lynn Hastings, coordinadora de la oficina de asuntos humanitarios de la ONU.

Además, esta situación «impide igualmente a las ambulancias llegar hasta los heridos», apuntó el jefe de la Organización Mundial de la Salud, (OMS) Tedros Adhanom Ghebreyesus.

«Este bloqueo informativo crea el riesgo de encubrir atrocidades masivas y contribuir a la impunidad para con las violaciones de derechos humanos», dijo a su vez Human Rights Watch.

El enclave palestino está sometido a un bloqueo israelí terrestre, marítimo y aéreo desde hace 16 años, a lo que se suma, desde el 9 de octubre, un «asedio total» por parte del Estado hebreo en respuesta al ataque de Hamas.

El vocero militar Hagari matizó que este sábado se permitirá la entrada de alimentos, medicamentos y agua para la población gazatí.

Desde el 21 de octubre, sólo 84 camiones de ayuda humanitaria llegaron a Gaza desde el vecino Egipto, según la ONU, que estima que serían necesarios un centenar al día como mínimo.