Los irlandeses votaron masivamente a favor de suavizar las restricciones del divorcio en un referéndum cuyos resultados se dieron a conocer este domingo, una nueva etapa en la ola de cambios en este país de arraigada tradición católica.

El 82% de los votantes se pronunciaron a favor de la derogación de una disposición constitucional que obliga a los matrimonios a vivir separados durante cuatro de los cinco años anteriores a su demanda de divorcio.

El referéndum se celebró el viernes, coincidiendo con las elecciones europeas en Irlanda, y la tasa de participación fue del 51%.

El gobierno irlandés anunció su intención de presentar una nueva propuesta de ley para reducir la duración de la separación obligatoria a dos años durante los tres anteriores al divorcio.

Los divorcios pronunciados en el extranjero serán por otro lado reconocidos en Irlanda.

El período de separación obligatorio de cuatro años era una condición heredada de un referéndum celebrado en 1995, durante el cual los irlandeses aprobaron la legalización del divorcio por una cortísima mayoría de 50,3%.

El resultado de este nuevo referéndum se proclamó exactamente un año después de la consulta popular durante la cual un 66% de los irlandeses se pronunció a favor del levantamiento de la prohibición constitucional del aborto.

Si los resultados del referéndum sobre el aborto fueron celebrados en la calle en Dublín, los de la votación sobre el divorcio se recibieron con absoluta indiferencia.

En octubre pasado los electores irlandeses se pronunciaron a favor de la abrogación de una disposición constitucional, raramente aplicada y a menudo ridiculizada, que prohibía la blasfemia.