El presidente iraní, Hasan Rohani, inauguró hoy el nuevo Parlamento nacional, que pone fin a 12 años de dominio de la línea más dura y conservadora de la República Islámica, marcado por una mayor presencia de mujeres que, por primera vez desde la revolución de 1979, superan en número a los clérigos.

«En las elecciones parlamentarias los ciudadanos demostraron su madurez política y dejaron claro lo que quieren y lo que no quieren», afirmó Rohani, al solicitar a los parlamentarios que apoyen su política reformista y de apertura hacia el exterior.

El presidente aseguró que los votantes quieren que Irán coopere con la comunidad internacional y señaló que dicha cooperación es necesaria para impulsar la economía tras el levantamiento de las sanciones impuestas a Teherán por su programa nuclear.

Asimismo, recordó que los tiempos en los que el barril de petróleo cotizaba a 100 dólares han terminado, por lo que Irán necesita hasta 50.000 millones de dólares en inversiones extranjeras.

«Para lograr este objetivo, el poder ejecutivo y el poder legislativo deben cooperar en vez de seguir enfrentándose», dijo el presidente citado por la agencia de noticias DPA.

Mañana los diputados deben elegir al nuevo presidente del Parlamento entre el líder de los conservadores moderados, Ali Lariyani, y el reformista Mohammed-Resa Aref, dos personalidades que apoyan al presidente aunque Aref es más liberal que Lariyani.

En las elecciones del pasado mes de febrero, una coalición entre reformistas y conservadores moderados había puesto fin a 12 años de dominio de los políticos de línea dura en el Parlamento.

Con 121 escaños, la lista de diputados reformistas y moderados que expresó en las elecciones del 26 de febrero pasado su apoyo a las políticas de apertura del presidente Rohani, es la fuerza mayoritaria en la cámara.

Los reformistas, que en la pasada Asamblea tenían apenas nueve escaños se quedaron con el dominio de la legislatura, que en los últimos dos períodos estuvo controlada por los «principalistas», que este año perdieron casi un centenar de escaños hasta ubicarse en los 83 diputados que tienen ahora.

La otra novedad es el ingreso de 18 mujeres a la cámara, todas reformistas, y la caída del número de clérigos chiitas, que de 27 pasaron a 16.

No obstante, este cambio simbólico fue empañado por la denuncia de sectores conservadores que publicaron una foto de una diputada que estaba sin velo durante un viaje al exterior y exigieron anular su elección, aunque la resolución definitiva del caso aún está pendiente, informó la agencia de noticias EFE.

Con la apertura de esta asamblea, los dos poderes del Estado iraní (Ejecutivo y Legislativo) que son elegidos por el voto popular, pasan a ser controlados por los sectores reformistas y moderados, más afines al presidente.