La reactivación del acuerdo nuclear iraní depende de una «decisión política» de Estados Unidos, dijeron este lunes responsables iraníes, mientras los principales negociadores regresaban a Viena para continuar las conversaciones tras breves consultas en Teherán.

«Todavía hay cuestiones clave relacionadas con decisiones políticas concretas, en particular la decisión de Washington sobre el levantamiento de las sanciones», dijo el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Said Khatibzadeh, informó la agencia de noticias AFP.

Sin embargo, añadió: «Las negociaciones van en la dirección correcta, no tenemos obstáculos insuperables».

Tras lamentar el «retraso» de Estados Unidos en la presentación de sus propuestas sobre el levantamiento de las sanciones, pidió a Washington que «haga todo lo posible y presente iniciativas para que el actual plan A tenga éxito».

Tras una pausa de cinco meses, las conversaciones se reanudaron en noviembre en la capital austríaca entre Irán y los países que aún forman parte del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní concluido en 2015 (Francia, Reino Unido, Alemania, Rusia y China).

El objetivo es que Estados Unidos vuelva al acuerdo que abandonó unilateralmente en 2018 durante la gestión del republicano Donald Trump, y que Irán respete sus compromisos con el pacto.

Las negociaciones tienen dos aristas: por un lado, los compromisos nucleares de Irán y por el otro, el levantamiento de las sanciones estadounidenses.

Estados Unidos participa indirectamente en las negociaciones.

El acuerdo de 2015 ofrecía a Irán un alivio de las sanciones internacionales a cambio de una drástica limitación de su programa nuclear, puesto bajo estricto control de la ONU, y garantías de que no pretende desarrollar la bomba atómica.

Sin embargo el programa comenzó a desmantelarse en 2018 cuando Trump retiró a su país de forma unilateral y reimpuso sanciones a Irán, postura que fue duramente criticada por sus opositores demócratas y por gran parte del mundo.

Al año siguiente, Teherán respondió excediendo los límites a la actividad nuclear definidos en el acuerdo.

En los últimos meses comenzó a enriquecer uranio a niveles sin precedentes y ha restringido las actividades de los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el organismo de la ONU, con sede en Viena, a cargo de supervisar las instalaciones iraníes.