La Fuerza Naval de la Guardia Revolucionaria iraní capturó otro buque cisterna «extranjero» que realizaba actividades de contrabando de combustible cerca de la isla Farsi, en el golfo Pérsico.

El barco transportaba 700.000 litros de combustible de contrabando, según un comunicado de este cuerpo militar de élite, que no precisó la bandera del carguero.

En la comunicación oficial se agregó que, tras recibir la autorización judicial pertinente, se procedió a la detención «sorpresa» de la embarcación, que fue trasladada al puerto iraní de Bushehr y su carga, entregada a la Compañía Nacional de Distribución de Petróleo, publicó la agencia de noticias EFE.

La Guardia Revolucionaria subrayó que «siempre está preparada para defender los intereses de Irán» y que no escatimará esfuerzos en esta misión.

Según la televisión estatal iraní, el barco intentaba llevar combustible de contrabando a algunos países árabes.

Con esta captura, ya son tres los cargueros extranjeros detenidos por contrabando en el golfo Pérsico en el último mes, después de que la Guardia Revolucionaria capturase el 14 de julio un buque que transportaba un millón de litros de combustible en el sur de la isla de Larak.

En esa oportunidad, el barco llevaba bandera de Panamá y había pertenecido a una compañía emiratí, pero no quedaba en claro a qué país y empresa está vinculado en la actualidad.

También en el golfo Pérsico, la Guardia Revolucionaria capturó el pasado 19 de julio el petrolero de bandera británica Stena Impero por incumplir las normas de navegación, algo que Londres y la naviera niegan.

Dos semanas antes, la Marina británica había interceptado en Gibraltar al petrolero iraní Grace 1, que sigue retenido, por sospechas de que transportaba crudo a Siria, un país sujeto a sanciones de la Unión Europea.

La captura del Stena Impero agravó la crisis en el golfo Pérsico y, en particular, en el estrecho de Ormuz, donde tanto Estados Unidos como el Reino Unido han propuesto enviar una coalición naval para escoltar a los barcos.

Las autoridades iraníes advirtieron, sin embargo, que una mayor presencia militar extranjera escalará la tensión en la región, donde se han registrado desde mayo ataques a petroleros y busques cisterna y derribos de drones.