La Justicia iraquí informó hoy que desde la histórica avanzada territorial de 2014 del Estado Islámico (EI) en zonas del oeste y el norte del país ya juzgaron a más de 600 extranjeros por haberse sumado a las filas de la milicia extremista y peleado contra el Estado nacional, entre ellos 108 menores de edad.

El juez Abdelsatar Birqadar, vocero del Consejo Supremo de Justicia iraquí, la máxima autoridad judicial en el país, informó en un comunicado que los 616 extranjeros ya fueron juzgados por pelear dentro del EI, el enemigo público número uno del Estado durante los últimos cuatro años.

Según explicó, todos los juzgados fueron detenidos durante las batallas que protagonizaron las fuerzas de seguridad iraquíes -con el apoyo internacional de Estados Unidos y sus aliados, e Irán-, milicianos kurdos y tropas irregulares, principalmente de la comunidad musulmana chiita.

De los 616 extranjeros juzgados y condenados por la ley antiterrorista del país, 508 son mayores de edad -466 mujeres y 42 hombres- y 108 son menores. Además, otras 99 personas siguen esperando sentencia por el mismo delito, según la agencia de noticias EFE.

La Justicia iraquí no informó de qué nacionalidad son estos 616 extranjeros condenados ni cuál fue la sentencia que recibieron.

De lo que se conoce por las diferentes informaciones difundidas a lo largo de estos meses, algunos extremistas extranjeros han sido condenados a la horca, aplicando ya en algunos casos la pena capital, y otros a cadena perpetua.

Las versiones periodísticas sostienen que entre los condenados hay europeos, así como ciudadanos de los países de Asia Central.

A finales de junio de 2014, el EI anunció la creación de un califato en los territorios que controlaba en Siria e Irak e invitó a los musulmanes de todo el mundo a viajar e instalarse allí. Los únicos que respondieron a su llamado fueron creyentes radicalizados que quisieron sumarse, de una manera u otra, a su guerra.

Son conocidos los casos de ciudadanos europeos que pelearon en sus filas, de mujeres de Europa que viajaron para casarse con los combatientes y de extranjeros de distintas partes del mundo que después de ser entrenados en el llamado califato volvieron a sus países de origen para cometer atentados.

A nivel territorial, la milicia fue perdiendo fuerza en los últimos dos años y en diciembre de 2017, el entonces primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, celebró públicamente la «liberación» del grupo armado.

Pese a su anuncio y el de otros líderes mundiales desde entonces, tanto en Irak como en Siria, el EI sigue activo.