Un piloto de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) que formó parte de la tripulación del avión que sacó de Bolivia al expresidente Evo Morales reveló la sospecha del disparo de un proyectil desde la base aérea en Chimoré que tuvo que esquivar para “evitar el impacto”.
Además informó que hubo intentos violentos de militares para bajar a Morales de la aeronave.

La revelación está contenida en un documento de la Secretaría de la Defensa Nacional publicado en último libro del presidente Andrés Manuel López Obrador. El dato se conoce a más de un año y medio de lo ocurrido y está publicado en el portal ntrzacatecas.com.

“Durante el ascenso inicial, el piloto alcanzó a observar desde el lado izquierdo de la cabina de mando, y cuando casi alcanzaba los mil 500 pies sobre el terreno, una estela luminosa similar a la característica de un cohete en la posición de las siete (atrás a la izquierda de la trayectoria del avión) por debajo del horizonte (…)”, establece el informe oficial.

Y añade: “Estimando el piloto que, en caso de tratarse de un proyectil, el punto desde donde fue lanzado podría estar ubicado en las inmediaciones del aeropuerto de Cochabamba”.

La aeronave militar mexicana llegó al aeropuerto de Chimoré, en el departamento de Cochabamba, luego de un fallido ingreso por la suspensión de autorización. El avión tuvo que volver a Lima a la espera del permiso.

Finalmente logró aterrizar el lunes 11 en Chimoré, donde estaban desplazados militares. Justamente esa situación relata el piloto mexicano y da cuenta que desde que estaban en la terminal aérea “un elemento de las fuerzas armadas de Bolivia apuntó a la aeronave, de manera permanente, con un lanzacohetes RPG”.

De acuerdo con la descripción del piloto, la estela luminosa pudo provenir justo de esa posición.

“Efectuó un viraje ceñido hacia el lado contrario de la trayectoria del proyectil (lado derecho) incrementando el régimen de ascenso para evitar el impacto, observando que la traza, muy por debajo de la aeronave, efectuaba una parábola hacia el terreno sin haber alcanzado la altura que en ese momento ya tenían, aproximadamente a 3 mil pies sobre el terreno (…)”, describe en el documento oficial y “concluye su apreciación que el posible cohete podría haber provenido del lanzador RPG que observó en el aeropuerto”.

También se aclaró que el incidente no fue comunicado a la tripulación para evitar se incremente “la tensión de la misión diplomática, que buscaba rescatar al ex Mandatario y darle asilo en México”.

El propio Morales reveló que una vez en el avión mexicano no se dio autorización de despegue, por lo que el exvicepresidente Álvaro García llamó al excomandante de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) Gonzalo Terceros, hoy en la cárcel por el caso golpe de Estado, y le advirtió: “Ningún problema general, acá están más de 10.000 compañeros concentrados. Va a arder el aeropuerto, vamos a arder nosotros, van a arder sus soldados, bajo su responsabilidad. Esa llamada telefónica ha sido clave y otra vez carreteamos para levantar el vuelo”.

La fuente militar reveló que a la par de la negativa para decolar se percataron “de una mayor actividad de personal armado y vehículos artillados a ambos lados de la pista, así como en las inmediaciones de rodaje”.

Según la narración, el piloto Miguel Eduardo Hernández Velázquez descendió de la aeronave para tratar de comunicarse con el Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, y reportar la situación. Tras intentarlo sin éxito, se registró una primera amenaza de los bolivianos para intentar bajar a Morales del avión.

Fue golpeado por militares. “Le ordenaron que levantara los brazos, diciéndole que bajara a Evo Morales de su avión. En ese momento, otro de los individuos se le aproximó por detrás y lo golpeó en la espalda baja con la culata de un arma larga, tipo Garand, por lo que el piloto giró hacia la izquierda para enfrentarlo (…)”.

Añadió que en ese “momento otro de los individuos, también uniformado, le golpeó el abdomen con el rompeflamas de un fusil automático ligero, cargando su arma y apuntándole al pecho, sin ninguna razón aparente”.

En el documento se explica que la tensión terminó, luego de que el piloto se dirigió al elemento que le apuntaba diciéndole: “Joven soldado, los valientes no asesinan”.

Aunque hubo otros intentos de tomar el avión y sacar a Morales, pero el piloto lo impidió colocándose frente a la escalera de acceso. También se informó que el piloto “pidió en varias ocasiones que se dejara de apuntar al avión con el lanzacohetes”.

En el documento, según el medio digital, se da cuenta que un general autorizó el despegue pero con la condición y amenaza de que se lo haga en 30 minutos.

“Indicándome con énfasis que él no respondería por la seguridad de los ocupantes ni por la integridad de la aeronave si no se cumplía con esa instrucción”.