Rusia avanzó con maniobras de su fuerza naval sobre el mar Mediterráneo porque sostiene la hipótesis de que existe un plan de ataque con armas químicas sobre Siria, con las características de los que se realizan bajo la denominación de “bandera falsa”.

Las maniobras militares del país europeo se extenderán desde este 1º de septiembre hasta el día 8, en línea con la denuncia que realizó recientemente el ministro de Defensa, Igor, Konashenkov, al respecto de que “está planeado un ataque contra el asentamiento de Kafr Zayta con misiles cargados con cloro”.

Los ejercicios sobre el mar Mediterráneo se realizan con “un grupo de más de 25 buques de guerra y naves de apoyo, encabezados por le buque de misiles crusero Marshal Ustinov”, según indicó el ministerio.

“Se practicarán también tareas de entrenamiento en el espacio aéreo internacional con 30 aeronaves, entre ellas y con bombarderos que portan misiles, aviones de guerra antisubmarina, jets caza y naves de la aviación naval”, informó la dependencia gubernamental rusa.

Según consignó el portal LaRouche Pac, la flota que llegó al asentamiento de Hbit, en el sur dela provincia de Idlib, opera en clara advertencia en contra de posibles ataques de misiles de Estados Unidos, del Reino Unido o Francia contra el gobierno sirio.

Por su parte, la vocera del ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, había advertido el pasado viernes que Estados Unidos podría poner en el lugar una fuerza naval de ataque de seis destructores Aegis en la región en 24 horas.

“O sea, para decirlo en términos simples y no en lenguaje especializado, cuanto menos cuatro buques más portadores de misiles con un poder de ataque de más de 112 cohetes Tomahawks se pueden unir a la agresión contra el Estado soberano sirio en el menor tiempo posible”, dijo Zakharova.

En tanto, en el frente diplomático, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, advirtió de nuevo que Occidente está jugando con fuego al utilizar esas artimañas.

“Se prepara otra provocación para impedir que se lleve a cabo el plan de la operación antiterrorista en Idlib”, dijo el alto funcionario, para enseguida agregar: “Nuestros Ministerios de Defensa y del Exterior presentaron los hechos para dejar en claro la advertencia a nuestros homólogos occidentales a fin de que no jueguen con fuego”.

Por su parte, el embajador de Rusia ante la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), Alexander Shulgin, le dijo a la agencia TASS que Rusia ha proporcionado la documentación sobre la inminente provocación, al secretariado de la OPAQ. “Nos prometieron que esos materiales serían estudiados con detenimiento”, afrimó Shulgin.

“Vamos a emitir un boletín de prensa especial en el futuro próximo, el cual será circulado entre los Estados miembros del Consejo Ejecutivo de la OPAQ. Lo enviaremos a las misiones diplomáticas que están acreditadas no solo en la Haya, sino también en Bélgica. También planeamos realizar una reunión con varias delegaciones a principios de la semana entrante”, agregó el diplomático.

Asimismo, concluyó al expresar: “Debemos hacer todo lo que sea posible para impedir esta tragedia terrible, la cual quieren utilizar los opositores a Bashar Assad para alcanzar su objetivos mezquinos de derrocar a las autoridades legítimas”.