El informe sobre los motivos que llevaron al Reino Unido a intervenir en la guerra de Irak, que se publicará el 6 de julio, arrojará un veredicto «absolutamente brutal» sobre la mala gestión británica en la invasión de ese país en 2003, según adelantó ayer The Sunday Times.

Ese esperado documento, conocido como «informe Chilcot» -por John Chilcot, el funcionario a cargo de la investigación-, provocará «daños a las reputaciones» de personas como el exprimer ministro laborista, Tony Blair, el que fuera titular de Exteriores, Jack Straw y el antiguo responsable del MI6, Sir Richard Dearlove. El periódico cita una fuente bajo anonimato que tuvo acceso a los informes, que considera que Blair «no se escapará fácilmente» de la polémica debido a su apoyo militar al entonces presidente estadounidense George W. Bush, un año antes de la invasión. «El informe será absolutamente brutal para Straw. Cómo se fue fraguando la guerra es muy crucial», señaló la fuente. El informe «contará que hicimos un desastre».

La investigación fue puesta en marcha en junio de 2009 por el entonces primer ministro, el laborista Gordon Brown, para evaluar el papel del Reino Unido en Irak entre 2001 (dos años antes de la invasión) y 2009.

El próximo 6 de julio se publicará por fin el esperadísimo informe de sir John Chilcot, un diplomático y alto funcionario jubilado, sobre la intervención británica en Irak que le encargó en 2009 Gordon Brown. En realidad Chilcot acabó su trabajo en 2011,un enorme informe de un millón de palabras, pero dormía en los cajones desde hace cuatro años, porque sus revelaciones sobre las conversaciones privadas de Bush y Blair podrían dañar las relaciones de Estados Unidos y el Reino Unido.

Jeremy Corbyn, líder de «Stop the War» en 2003, había exigido a Cameron su inmediata publicación y cree que puede comprometer a Blair en «crímenes de guerra». Cameron, presionado por los familiares de los 179 soldados británicos caídos en Irak, también había presionado a Chilcot para que le diese salida por fin. La publicación verá la luz por fin tras un acuerdo entre el primer ministro y el autor del trabajo.

Foto: Brendan Smialowski