Las autoridades de Indonesia enviaron camiones con ayuda de emergencia, alimentos y máscaras hacia Bali en donde más de 75.000 personas fueron evacuadas de una zona cercana al volcán Agung, que entró en actividad.

El volcán, que culmina a poco más de 3.000 metros de altura y está situado a 75 km de los principales destinos turísticos de Kuta y Seminyak, ruge desde agosto por primera vez en más de medio siglo.

El martes hacia el mediodía «la cantidad de evacuados era de 75.673, repartidos en 377 centros de evacuación en nueve distritos», declaró un portavoz de la agencia de gestión de catástrofes naturales, Sutopo Purwo Nugroho.

Los habitantes evacuados fueron recibidos en refugios temporarios o en lo de sus allegados. Unas 62.000 personas residen en la zona peligrosa, según la agencia, pero otros que viven fuera del perímetro de riesgo también dejaron sus hogares por precaución.

«La cifra debería seguir aumentando», agregó Nugroho.

También se han desplazado más de 2.000 vacas.

«La probabilidad de una erupción es bastante fuerte, pero no es posible predecir cuándo sucederá», observó Nugroho.

Fase crítica -.

El aumento de los temblores muestra que el magma continúa subiendo hacia la superficie, el volcán entra en una «fase crítica», agregó.

El lunes se registraron 564 temblores, indicó por su parte el Observatorio indonesio de vulcanología y de riesgos geológicos.

El nivel de alerta máximo en la isla fue decretado el viernes por las autoridades que recomiendan permanecer a más de nueve kilómetros del volcán, lejos de las zonas turísticas.

«Los turistas y extranjeros pueden efectuar actividades corrientes fuera de la zona de peligro», declaró a la AFP el director de la agencia de gestión de riesgos en el este de Indonesia, Devy Kamil.

«La gente en Bali no debe entrar en pánico pero tienen que ser prudentes y estar listos si la situación cambia», agregó.

El aeropuerto internacional de Denpasar, capital de Bali, que recibe cada año millones de turistas, no está afectado de momento.

Pero las autoridades aeroportuarias vigilan de cerca la situación y anticipan la eventualidad de un cierre.

El presidente indonesio, Joko Widodo, visitó el martes los centros de evacuación en Bali y prometió que el gobierno haría todo lo posible para minimizar las pérdidas económicas durante el periodo de evacuación.

Habitantes de Bali, organizaciones internacionales y el gobierno local comenzaron a enviar ayuda de emergencia.

Vehículos cargados con alimentos, agua y frazadas van y vienen de los centros de evacuación en la montaña.

Además de alimentos se enviaron 640.000 mascarillas, 12.500 colchones, 8.400 frazadas, carpas y 75.000 dólares, según la agencia nacional de gestión de catástrofes naturales.

La última erupción del monte Agung fue en 1963. El volcán desprendió cenizas que llegaron hasta Yakarta, capital de la isla de Java, a unos 1.000 km al oeste. Varias erupciones dejaron entonces 1.600 muertos.