Desde el balcón de su apartamento, José Batista presenció, con impotencia y rabia, cómo en la madrugada de este viernes una muchedumbre saqueaba el negocio que su familia fundó hace 50 años en Petare, la favela más populosa de Venezuela.

A este comerciante de 48 años no solo le robaron todo el inventario de víveres, licores y charcutería. También se llevaron rebanadoras, pesos eléctricos y hasta los motores de las neveras donde refrigeraba la mercancía.

«Yo no vi hambre, yo creo que esto es vandalismo. Tú no veías aquí gente mayor saqueando, puro malandros (delincuentes), pura gente mala y lamentablemente no puedes hacer nada, no cuentas con el apoyo de nadie», dijo a la AFP rodeado por neveras vacías.

Batista es propietario de uno de los ochos pequeños comercios que fueron asaltados la madrugada del viernes en un sector del barrio José Félix Ribas de Petare, enclave neurálgico del este de Caracas que alberga decenas de barriadas humildes, y donde se registró otra protesta hace unos días por falta de agua.

En la acera de enfrente, los dueños de una carnicería recogen los restos de una puerta de metal que fue desmantelada a golpes. «Nos robaron hasta los cuchillos», comentó un empleado del establecimiento que pidió anonimato.