Al menos 27 personas murieron y 162 resultaron heridas durante un incendio en una discoteca del centro de Bucarest, la capital de Rumania, en una tragedia que tiene muchas similitudes con lo ocurrido en el boliche Cromañón el 30 de diciembre de 2004.

Mientras que las autoridades locales todavía no indicaron cuales fueron las posibles causas del siniestro, un testigo relató al canal de noticias Digi24 que las llamaradas fueron provocadas por unos fuegos artificiales en el interior del local.

«El incendio comenzó con los fuegos artificiales. Se extendió por un pilar del club y luego por todas partes», explicó el joven, uno de varios cientos que fue a ver un concierto del grupo de rock local «Goodbye Gravity».

«Solo había una salida de emergencia abierta; la otra estaba bloqueada», aseguró el testigo según declaraciones reproducidas por la agencia EFE.

«Nos pisábamos. Rompimos la puerta. En 20 minutos vino el primer dispositivo de la policía y, más tarde, los bomberos. Entraron con máscaras de oxígeno», afirmó el joven.

Otros testigos explicaron que pedazos del techo cubierto de esponja comenzaron a desprenderse hasta caer sobre los asistentes al concierto.

El secretario de Salud rumano, Raed Arafat, explicó en declaraciones a prensa local que decenas de personas permanecen en estado grave.

«Una parte de estas personas, aquellas que han sido llevadas en ambulancias, están en estado grave y necesitan ser intubadas, por lo que hemos tenido que trasladar aparatos de ventilación a los respectivos hospitales», dijo el funcionario.

El concierto comenzó a las 21 hora local (16 hora argentina) y dos horas más tarde se lanzaron los fuegos artificiales en el interior de la sala.

Algunos de los heridos tienen quemaduras en un 70 por ciento de sus cuerpos, mientras que otros sufrieron intoxicaciones de monóxido de carbono.

El ministro de Salud rumano, Nicolae Banicioiu, pidió hoy a los ciudadanos de Bucarest, una ciudad de tres millones de habitantes, que se acerquen a los centros de salud para donar sangre.