El movimiento independentista intentó paralizar hoy Cataluña con una huelga general, cortes de rutas intermitentes y protestas, en rechazo al juicio que se lleva adelante en el Tribunal Supremo de Madrid contra los líderes del fallido intento de secesión de 2017.

Al mediodía, unas 13.000 personas -según datos de la Guardia Urbana (policía local)- se concentraron en la Plaza Universidad de Barcelona para apoyar la huelga y rechazar el juicio contra los líderes secesionistas al grito de «¡Libertad presos políticos!».

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Los manifestantes, la mayoría estudiantes, llevaban banderas «esteladas» (independentistas) y carteles con fotos de los acusados con la inscripción «inocentes», así como carteles con lemas como «Este juicio es una farsa».

Asimismo, un grupo de manifestantes ocupó las vías del tren de la estación de Plaza Cataluña, aunque cuando la policía se disponía a intervenir desalojaron el lugar de forma pacífica.

Desde primera hora de la mañana, los llamados CDR (Comité de Defensa de la República) levantaron barricadas con neumáticos ardiendo y cortaron varias rutas y autopistas de la norteña región española, así como algunas calles céntricas de Barcelona, afectando la movilidad.

No obstante, la policía catalana realizó intervenciones constantes para desbloquear las rutas, lo que provocó situaciones de tensión e incidentes con los manifestantes.

Por el momento, la policía catalana informó de cuatro detenidos por incidentes relacionados con la protesta.

La huelga, sin embargo, tenía un seguimiento parcial en el comercio, la educación y la administración pública, mientras la actividad industrial no se vio afectada ni tampoco la de puntos neurálgicos como el aeropuerto El Prat, el puerto de Barcelona o el mercado central Mercabarna, que funcionan con normalidad.

En el centro de la capital catalana, los locales de las grandes marcas abrieron, pero el pequeño comercio en su mayoría tenía las persianas cerradas con el cartel «Nosoltres tanquem, Aturada de país (Nosotros cerramos, huelga de país).

«Me solidarizo con los presos, lo que están sufriendo es un atropello, pero no me puedo permitir cerrar», dijo a Telam Javier Martin, el propietario de una tienda de productos naturales que abrió pese a la huelga.

«Yo tengo que pagar los impuestos y ganarme la vida. Esta es una huelga impuesta y perjudica a los propios catalanes», apuntó otra pequeña empresaria de nombre Ana, que dijo estar «harta» del conflicto de secesión.

La medida de fuerza coincide con la jornada en la que declararán Jordi Sánchez, ex presidente de la Asamblea Nacional Catalana (AN) y Jordi Cuixart, líder de Omnium Cultural, quienes lideraron las movilizaciones callejeras de los últimos años a favor de la secesión. También declarará la ex presidenta del parlamento catalán Carme Forcadell.

La huelga general, convocada oficialmente por la independentista Confederación Sindical Catalana (CSC) contra la reforma laboral, no cuenta con el apoyo de los sindicatos mayoritarios Comisiones Obreras y UGT, pero es respaldada por el gobierno regional del independentista Quim Torra. Por la tarde, el movimiento independentista tiene prevista una gran concentración bajo el lema «la autodeterminación no es delito».