El próximo director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Gilbert Houngbo, expresó tras ser elegido en marzo de este año que piensa “en las cuatro mil millones de personas de todo el mundo que no tienen acceso a la protección social”.

Houngbo fue nominado por el Consejo de Administración de la OIT que está compuesto por representantes de gobiernos, trabajadores y empresarios y asumirá su cargo el próximo 1 de octubre de 2022.

El futuro funcionario nacido en Togo se desempeñó como primer ministro de ese país africano desde el 8 de septiembre de 2008 hasta el 23 de julio de 2012 y con esta nueva designación se convirtió en el primer africano en ocupar el cargo.

«Aunque mis orígenes son africanos, mi perspectiva es global. En una época, desafortunadamente, de divisiones, mi compromiso de ser un director general unificador se mantiene firme… Seré el director general de nadie y el director general de todos”, manifestó.

Asimismo, el funcionario togolés expuso: “Tanto los gobiernos como los empleadores y los trabajadores, de todas las regiones del mundo, pueden y deben confiar en mi total disposición a representar y defender las opiniones de todos los mandantes tripartitos de la organización».

«Me comprometo a representar las voces de quienes confían en nosotros en la OIT. Pienso en los cuatro mil millones de personas de todo el mundo que no tienen acceso a la protección social. Pienso en los más de 200 millones de mujeres y hombres que se enfrentan al desempleo. En los 160 millones de niños que trabajan”, subrayó.

Enseguida, continúo: “Los 1.600 millones de personas en el sector informal. Las empresas, en particular las pequeñas y medianas, que se enfrentan a los problemas en las cadenas de suministro o al cierre debido a las crisis, como la pandemia, el cambio climático y los conflictos armados”.

“Pienso en las mujeres y los hombres que se enfrentan a la discriminación, la violencia y el acoso en el lugar de trabajo y en otros lugares. Todas ellas son expresiones de una injusticia social inaceptable a la que estamos obligados moralmente, si no legalmente, a combatir», finalizó.