La favorita para las elecciones italianas de septiembre y líder del partido Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, negó ser «un peligro para la democracia», criticó al «potente circuito mediático de la izquierda» que la cuestiona y revindicó sus alianzas con los partidos Conservador británico y Republicano estadounidense.

«Hace días leo artículos en la prensa internacional sobre las próximas elecciones que darán un nuevo Gobierno a Italia en los que soy descrita como un peligro para la democracia, para la estabilidad italiana, europea e internacional», criticó Meloni en un videomensaje publicado a través de redes sociales.

«Nada de eso es verdad», aseguró la periodista y líder nacionalista que encabeza todos los sondeos y que podría convertirse en la primera premier mujer de la historia del país si logra un triunfo en las elecciones del 25 de septiembre, a las que se presenta en coalición con la Liga y Fuerza Italia.

En el videomensaje en el que habla a cámara en francés, inglés y español, la ex ministra de Juventud (2008-2011) negó que su eventual llegada al Gobierno pueda ser «un desastre» que lleve a «la salida de la Unión Europea» de su país.

Meloni, de 45 años, encabeza todas las encuestas con cerca del 23 % de intención de voto, a los que se puede sumar un número similar de parte de sus dos aliados electorales que dejaría a la alianza de derecha cerca de la mayoría de los 400 diputados y 200 senadores que se eligen.

En las últimas horas, los líderes de la Liga, Matteo Salvini, y de Fuerza Italia, Silvio Berlusconi, adelantaron que apoyarán a Meloni como primera ministra si es la fuerza que consigue más votos dentro de la coalición.

Para Meloni, las críticas que recibe sobre su peligrosidad para la Unión Europea «están inspiradas por el potente circuito mediático de la izquierda, que es fuerte en las redacciones de diarios y televisiones, pero en neta minoría en el pueblo italiano».

Meloni negó además cualquier vínculo con las fuerzas neonazis como CasaPound y Fuerza Nueva y planteó que «la derecha italiana dejó el fascismo en la historia hace años, condenando sin ambigüedades la privación de la democracia y las infames leyes antijudíos», sostuvo.

«Nuestra ubicación en el mundo occidental es clara y cristalina», finalizó, tras definir a su fuerza como «el partido de los conservadores italianos» y reforzar las alianzas que mantiene con los conservadores, los republicanos de Estados Unidos y el partido nacionalista Likud de Israel.