Fuerzas de seguridad israelíes mataron este martes a un adolescente palestino en una operación en la zona de Belén, en Cisjordania ocupada, informó el Ministerio de Sanidad palestino.

«Adam Isam Chaker Ayyad, de 15 años, recibió una bala en el pecho disparada por soldados israelíes», dijo el ministerio en un comunicado, citado por las agencias de noticias AFP y Sputnik.

El Ejército israelí, que ocupa el territorio palestino de Cisjordania desde 1967 tras la guerra de los Seis Días, informó de «operaciones antiterroristas» en varias zonas de esa franja, entre ellas el campo de refugiados de Dheisheh, cerca de Belén.

«Durante una operación de la guardia fronteriza en Dheisheh estalló un motín. Se lanzaron explosivos, bombas incendiarias y piedras contra los soldados, que respondieron a los disparos», afirmó en un comunicado.

«Una persona fue alcanzada», añadió el Ejército, sin dar más detalles.

El lunes murieron dos palestinos en una operación en Cisjordania para destruir las viviendas de palestinos acusados de participar en un atentado mortal contra un militar israelí.

El nuevo Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, el más derechista de la historia de Israel, incluye al partido Sionismo Religioso de Bezalel Smotrich y al partido Fuerza Judía de Itamar Ben Gvir, conocidos por su retórica antipalestina y su apoyo a la anexión de parte de Cisjordania.

La visita que tendrá “graves consecuencias”

El ultraderechista ministro israelí de Seguridad, Itamar Ben Gvir, visitó hoy la Explanada de las Mezquitas, lugar sagrado y escenario de fuertes tensiones entre palestinos e isralíes, a pesar de las advertencias palestinas de que la visita tendrá «graves consecuencias».

El hecho se produce en momentos de creciente tension y el mismo día que fuerzas de seguridad israelíes mataron a un adolescente palestino en una operación en la zona de Belén, en la Cisjordania ocupada, según informó el Ministerio de Sanidad palestino.

El liderazgo palestino, tanto la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania, como el Movimiento de Resistencia islámica (Hamas) en Gaza, advirtieron de que la visita de Ben Gvir, líder del ultraconservador Otsmá Yehudit, es una «línea roja» que tendrá «graves consecuencias».

«El crimen del asalto de la mezquita de Al-Aqsa por parte del ministro sionista fascista es una continuación de la agresión de la ocupación sionista contra nuestras santidades y su guerra contra su identidad árabe», denunció el portavoz del movimiento islamista Hamas, Hazem Qasam.

La Explanada de las Mezquitas es sagrada tanto para musulmanes -alberga la importante mezquita de Al Aqsa y el Domo de la Roca, donde Mahoma ascendió al cielo-; como para judíos, que lo llaman Monte del Templo porque creen que allí se levantó el Segundo Templo.

Durante la visita, Ben Gvir -condenado en el pasado por incitación al racismo y apoyo a organización terrorista- dijo que «el Monte del Templo es el sitio más importante para el pueblo de Israel, y mantenemos nuestra libertad de movimiento allí».

Sin embargo, Qasam aseguró que Al Aqsa (como denominan a la Explanada los palestinos) «fue, es y seguirá siendo palestina, árabe e islámica».

«Nuestro pueblo palestino continuará defendiendo sus santidades y luchará para purificarlos de la inmundicia de la ocupación. Esta batalla no se detendrá excepto con la victoria final de nuestro pueblo y la expulsión del ocupante de toda nuestra tierra», indicó el portavoz de Hamas, grupo que lleva dos días amenazando con repercusiones si Ben Gvir llevaba adelante sus planes de visitar el recinto.

El portavoz del presidente palestino Mahmud Abbas, calificó la visita como un «desafío para el pueblo palestino, la nación árabe y la comunidad internacional», que cruza una «línea roja» y que solo conducirá a «más tensión, violencia y a una situación explosiva».

El presidente del Consejo Nacional Palestino, Ruhi Fattouh, por su parte, dijo que «el asalto de la mezquita de Al Aqsa por parte del extremista Ben Gvir no es un paso individual, sino que tuvo lugar con la aprobación de la coalición gobernante del poder ocupante, para implementar sus planes de judaización, cuyo objetivo es cambiar el carácter árabe-islámico de la Ciudad Santa en clara y flagrante violación de todas las resoluciones internacionales».

De acuerdo al «statu quo» vigente desde 1967 -cuando Israel ocupó tras la guerra de los Seis Días la parte este de Jerusalén donde se ubica la explanada- el recinto está reservado exclusivamente al culto de musulmanes, mientras que los judíos solo pueden entrar como visitantes, ya que las leyes judías prohíben a sus fieles orar en el lugar más sagrado para ellos, algo reservado solo a algunos rabinos.

El rezo judío se practica en el Muro de los Lamentos -ubicado en uno de los laterales de la explanada-, y así lo aconseja el Gran Rabinato de Israel, aunque en los últimos años, algunos rabinos alineados con el movimiento del sionismo religioso -en el que se enmarca Ben Gvir- buscan modificar esa recomendación y abogan por el rezo donde se levantó el Segundo Templo.