Un tercer intento de terminar con un mes de combates entre fuerzas azerbaiyanas y armenias estalló este lunes en pedazos con nuevos bombardeos y acusaciones de las dos partes de «violación flagrante» de un alto el fuego negociado en Washington.

La «tregua humanitaria» en los combates que se registran en torno a la región separatista de Nagorno Karabaj, un territorio montañoso del Cáucaso Sur, desde el 27 de septiembre, debía comenzar a las 8 de este lunes.

Pero por la mañana, el canciller de Azerbaiyán acusó a las fuerzas armenias de haber bombardeado la ciudad de Terter y las aldeas cercanas, así como posiciones del Ejército azerbaiyano, mientras éste respetaba el alto el fuego.

«Esto demuestra una vez más que Armenia solo apoya de palabra el principio de una tregua humanitaria», afirmó Hkimet Gadjiev, consejero del presidente azerbaiyano, Ilham Aliev.

El funcionario acusó a las fuerzas armenias de «escudarse detrás de la tregua para intentar reagrupar (sus fuerzas) e intentar tomar nuevas posiciones», informó la agencia de noticias AFP.

Nagorno Karabaj se encuentra enclavado dentro de Azerbaiyán, pero el territorio está controlado por separatistas armenios desde el fin de una guerra de secesión en 1994 que dejó decenas de miles de muertos.

Paralelamente, el ministerio de Defensa de Nagorno Karabaj denunció disparos de artillería enemiga contras sus posiciones en diversos sectores del frente, mientras aseguraba que las fuerzas bajo su control «respetan estrictamente los acuerdos concluidos» y que «las acusaciones del enemigo no tienen nada que ver con la realidad».

El acuerdo fue negociados durante el fin de semana en Washington en plena campaña del presidente estadounidense Donald Trump para su reelección, quien prometió solucionar el conflicto.

Se trata de la tercera tregua que fracasa, tras dos intentos anteriores: la primera acordada en Moscú el 10 de octubre y la segunda en París el 17 del mismo mes.

La república declarada por los independentistas de Nagorno Karabaj no es reconocida por la comunidad global, ni siquiera por Armenia, por lo que, según el derecho internacional, sigue siendo parte de Azerbaiyán.

En Stepanakert, la capital del territorio separatista, la noche fue calma, pero diez minutos antes de la entrada en vigor del alto el fuego este lunes por la mañana, se escuchó una explosión y podía verse una columna de humo sobre una colina vecina, que precedió a una serie de disparos de artillería, informó AFP.

La comunidad internacional no logró hasta ahora negociar una tregua duradera ni una resolución pacífica del conflicto.

Armenia descartó el pasado miércoles cualquier «solución diplomática» y Azerbaiyán aseguró que cualquier negociación tenía como condición previa la retirada de las tropas armenias de Nagorno Karabaj.

Azerbaiyán, rico en hidrocarburos, aumentó su arsenal militar en los últimos años, comprando armas a Rusia, Turquía e Israel.

El Gobierno turco, que apoya a Azerbaiyán, es acusado de haber desplegado en la zona a combatientes yihadistas traídos de Siria para ayudar al Ejército azerbaiyano.

El presidente ruso, Vladimir Putin, cuyo país oficia tradicionalmente de árbitro en la región, declaró la semana pasada que el balance por los combates desde fines de septiembre se acercaba a los 5.000 muertos.

Las fuerzas azerbaiyanas conquistaron en las últimas semanas territorios que estaban fuera de su control desde los años 1990, tras la desaparición de la Unión Soviética, pero aún no se ha producido ningún avance determinante.