LUNES, 02 DE DIC

Francisco recibió a Máxima y a su esposo en el Vaticano

Este jueves el Papa se reunió con los reyes de Holanda, Máxima Zorreguieta y su esposo, Guillermo Alejandro, con quienes repasaron una agenda en temas variados que incluyó "la protección del medio ambiente, la lucha contra la pobreza y el fenómeno migratorio". 

El papa Francisco recibió hoy en el Vaticano a los reyes de Holanda, Máxima Zorreguieta y su esposo Guillermo Alejandro, con quienes repasó una agenda que incluyó «la protección del medio ambiente, la lucha contra la pobreza y el fenómeno migratorio», en la primera visita oficial de un miembro del reino protestante al centro del mundo católico.

«Encantada de verlo de nuevo», saludó Máxima, en español, al pontífice argentino, quien la recibió junto a su esposo a media mañana en la sala del Tronetto del palacio Apostólico, antes de iniciar un encuentro privado de 35 minutos.

Durante el encuentro en la Biblioteca pontificia, Francisco y los representantes de la corona se refirieron a «algunos temas de interés común, como la protección del medio ambiente y la lucha contra la pobreza, así como sobre la contribución específica de la Santa Sede y de la Iglesia Católica en esos ámbitos», informó tras la reunión un comunicado del Vaticano.

Las conversaciones tuvieron «atención particular» en el «fenómeno migratorio, subrayando la importancia de la convivencia pacífica entre culturas diferentes, y el compromiso común para promover la paz y la seguridad mundial, con especial referencia a algunas zonas de conflicto», agregó la Santa Sede

Se trató de la tercera audiencia entre los monarcas y Jorge Bergoglio desde la entronización del pontífice, hace cuatro años. La primera, cuando aún eran príncipes, fue en 2013 y la última fue el año pasado, cuando la familia real holandesa fue recibida de manera privada por el Papa.

Como en esa oportunidad, Máxima vistió de negro ya que al pertenecer a una corona protestante no puede acceder al denominado «privilegio de blanco» que sí tienen las reinas católicas de Europa como Sofía y Letizia de España y Matilde de Bélgica.

Máxima, nacida en Argentina en 1971, es católica; pero su esposo Guillermo es protestante, fe en la que educan a sus hijas.

El Rey fue el primero en saludar al Pontífice y agradecerle le «fantástica bienvenida», con guardias suizos y la bandera de los Países Bajos izada en el Patio de San Dámaso, donde llegaron en auto oficial sin las tres hijas del matrimonio -Amalia, Alexia y Ariane- que «están esperando las vacaciones», según las excusó Máxima ante la pregunta del Pontífice.

La de hoy fue la primera visita oficial de la historia de la corona holandesa a la Santa Sede, y los reyes estuvieron acompañados por el canciller Bert Koenders y la ministra de Comercio Exterior y Cooperación Internacional, Lilianne Ploumen.

En un clima de cordialidad con bromas y risas entre los reyes y el pontífice, Máxima y su esposo obsequiaron a Bergoglio un ramo de flores holandesas blancas y amarillas, colores de la bandera vaticana, que «el pueblo holandés estará honrado si se plantan en la Santa Sede», agregó Guillermo Alejandro.

Holanda envía tradicionalmente las flores que visten la Plaza San Pedro para Pascuas.

El Pontífice obsequió a los reyes un medallón que simboliza la preocupación de San Martín de Tours por los pobres, y sus exhortaciones apostólicas Evangelii Gaudium y Amoris Laetitia junto a la encíclica Laudato Si’. Además, le entregó el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de enero pasado. «Especialmente firmado para usted», le dijo al Rey.

«Le agradecemos mucho estos documentos», respondió Máxima.

Tras la visita al Papa y al secretario de Estado, Pietro Parolin, la familia real holandesa recibió un bastón atribuido a Guillermo de Orange, apropiado por las fuerzas de la corona española a los protestantes holandeses en la victoria en la batalla de Mookerheide en 1574.

El bastón porta el emblema del denominado «Padre de la Patria» de Holanda y a quien está dedicado el himno nacional, el Wilhelmus, y será expuesto en el museo militar holandés de Soesterberg entre abril y octubre del año próximo.

Guillermo Alejandro y Máxima visitaron a primera hora la Iglesia de los frisios, construida en 1140 y considerada un emblema de las relaciones entre los Países Bajos y la Santa Sede.

Un comunicado de la Casa Real holandesa destacó por su parte la «posición» de la Santa Sede, con más de 1.200 millones de católicos en el mundo, para afrontar «los desafíos sociales a nivel internacional como conflictos, cambio climático, pobreza e inmigración».

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