MARTES, 26 DE NOV

Francisco pidió en Armenia «un fuerte anhelo de unidad»

Desde su llegada al país asiático en la tarde del viernes, el Sumo Pontífice, enfatizó en cada una de sus apariciones un gran llamado a la "unidad" entre los cristianos y dio múltiples gestos en esa dirección. 

El papa Francisco ratificó hoy el carácter fuertemente ecuménico de su viaje a Armenia y junto al Catholicós Karekin II pidió «que brote en todos un fuerte anhelo de unidad» entre los cristianos, en el último día de su visita.

«Que la Iglesia Armenia camine en paz, y la comunión entre nosotros sea plena. Que brote en todos un fuerte anhelo de unidad», pidió el Pontífice al encabezar la Divina Liturgia en la Plaza de San Tiridate de Etchmiadzin, a unos 18 kilómetros de la capital Ereván.

Desde su llegada al país asiático en la tarde del viernes, Francisco ha reiterado en cada una de sus apariciones públicas su pedido de «unidad» entre los cristianos y dio múltiples gestos en esa dirección.

Así, el Pontífice se alojó las dos noches que pasó en Armenia en la residencia del Catholicós Karekin II, máxima autoridad religiosa del país, a quien este sábado invitó a subir al Papamóvil para saludar a los fieles tras la misa abierta que dieron en Gyumri.

De hecho, en esa ciudad del norte de Armenia, los dos líderes religiosos visitaron juntos una catedral armenia católica y una apostólica.

Este domingo, incluso, el Obispo de Roma ofreció una misa matutina en la residencia del Catholicós «muy privada», como la calificó a Télam el portavoz papal Federico Lombardi.

Además, el Pontífice y el Karekin II se mostraron juntos en cada uno de sus apariciones públicas y siempre aludieron uno al otro como «hermano».

También en esa dirección, este domingo, tras la Divina Liturgia, Francisco participó de un «almuerzo ecuménico» junto al Catholicós y obispos armenios católicos y apostólicos.

«Una unidad que no debe ser ni sumisión del uno al otro, ni absorción, sino más bien la aceptación de todos los dones que Dios ha dado a cada uno, para manifestar a todo el mundo el gran misterio de la salvación llevada a cabo por Cristo, el Señor, por medio del Espíritu Santo», agregó Francisco este domingo.

«Visita al primer país cristiano» es el lema del viaje que el Pontífice culminará en la tarde de este domingo, en referencia a la adopción del cristianismo como religión de Estado en el año 301, 79 años antes de que lo hiciera el Imperio Romano.

Ya en su primer día en Armenia, Francisco había pedido la «unidad» entre los cristianos en un mundo que lamentó «marcado por las divisiones y los conflictos», al tiempo que resaltó «el espíritu ecuménico» y recordó los puentes tendidos entre la Iglesia Católica y la Iglesia Apostólica de Armenia.

«Doy gracias al Señor por el camino que la Iglesia católica y la Iglesia Apostólica Armenia han recorrido a través de un diálogo sincero y fraterno, con el fin de llegar a compartir plenamente la mesa eucarística», afirmó el Pontífice en su visita a la catedral armenia de Etchmiadzin, en sus primeras palabras en el país asiático tras aterrizar en el aeropuerto de Zvartnots, construido por el empresario argentino Eduardo Eurnekián.

«Que el Espíritu Santo nos ayude a realizar esa unidad por la cual pidió Nuestro Señor, para que sus discípulos sean uno y el mundo crea», agregó entonces el Pontífice.

«Acojamos la llamada de los santos, escuchemos la voz de los humildes y los pobres, de tantas víctimas del odio que sufrieron y sacrificaron sus vidas a causa de su fe; tengamos el oído abierto a las jóvenes generaciones, que anhelan un futuro libre de las divisiones del pasado», añadió Francisco este domingo.

«Que desde este lugar santo se difunda de nuevo una luz radiante; la de la fe, que desde san Gregorio, vuestro padre según el Evangelio, ha iluminado estas tierras, y a ella se una la luz del amor que perdona y reconcilia», expresó.

«Y ahora, Santidad, en nombre de Dios te pido que me bendigas, a mí y a la Iglesia Católica, que bendigas esta nuestra andadura hacia la unidad plena», pidió por último al Catholicós el Pontífice que antes de partir hacia Roma a las 18.30 locales (11.30 de Argentina) lanzará junto a Karekin II dos palomas blancas de cara al monte Ararat como símbolo de paz y reconciliación.

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