El Papa Francisco lanzó hoy un llamado para luchar contra «la pobreza, que degrada, ofende y mata a tantos hermanos y hermanas».

El pedido fue lanzado durante el ángelus, pronunciado al término de la ceremonia de canonización de siete santos, entre ellos el religioso argentino José Gabriel Brochero, conocido como el «cura gaucho», y el mexicano José Sánchez del Río, el «niño mártir», por haber sido asesinado a los 14 años por su fe religiosa durante «la guerra cristera».

«Mañana se celebra la Jornada Mundial contra la pobreza. Unamos nuestras fuerzas, morales y económicas, para luchar juntos contra la pobreza que degrada, ofende y mata tantos hermanos y hermanas, actuando políticas serias para las familias y para el trabajo», dijo ante la muchedumbre de unas 80.000 personas congregada en la plaza de San Pedro.

En un mensaje enviado el viernes a la FAO, en ocasión de la Jornada mundial sobre la alimentación, el papa advirtió que la lucha contra el hambre se ha convertido en «un objetivo más difícil de alcanzar en presencia de un fenómeno complejo como los cambios climáticos».

La organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cuya sede se encuentra en Roma y que el Papa ha visitado en varias ocasiones, lanzó una campaña mundial para que se reconozca el papel fundamental de la agricultura sostenible para hacer frente al cambio climático, al hambre y la pobreza.

Bajo el lema «El clima está cambiando, la alimentación y la agricultura también deben hacerlo», la organización especializada en estos temas insta a abordar el cambio climático conjuntamente con el problema del hambre y la pobreza.

«Las temperaturas más elevadas y las pautas meteorológicas irregulares ya están socavando la salud de los suelos, bosques y océanos de los que dependen el sector agrícola y la seguridad alimentaria», advirtió el director general de la FAO, José Graziano da Silva.

En su mensaje a la FAO, el  pontífice argentino sostiene que «debemos admitir que los efectos negativos sobre el clima derivan de los comportamientos cotidianos de personas, comunidades, pueblos y Estados», y que la sola evaluación ética y moral «no basta».

«Es necesario actuar políticamente y hacer las opciones necesarias, desalentando o promoviendo comportamientos y estilos de vida en ventaja de las generaciones que vendrán», pidió.

Foto: AFP/Andreas Solaro

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