El papa Francisco convocó a Europa a «construir puentes» para alcanzar la paz en Ucrania, al llegar este miércoles a Portugal para participar en la multitudinaria Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en la que se espera que participen alrededor de un millón de jóvenes católicos de todo el mundo hasta el domingo.

«Mirando con cariño sincero a Europa, en el espíritu de diálogo que la caracteriza, nos saldría espontáneo preguntarle: ¿hacia dónde navegas, si no ofreces procesos de paz, caminos creativos para poner fin a la guerra en Ucrania y a tantos conflictos que ensangrientan el mundo?», cuestionó Jorge Bergoglio en su primer discurso ante las autoridades y el cuerpo diplomático en el centro cultural de Belém.

«El mundo necesita a Europa, a la verdadera Europa; necesita de su papel de constructora de puentes y de paz», reclamó el pontífice, quien ha pedido reiteradamente por el fin del conflicto en Ucrania desde el comienzo de la invasión rusa en febrero de 2022.

Poco antes, el Papa se había entrevistado con el presidente del país, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, en su residencia oficial, el Palacio de Belém, refirió la agencia de noticias AFP.

Además de los repetidos llamados a la paz en Ucrania, el Vaticano envió una misión a ese país encabezada por el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Matteo Zuppi, de larga experiencia en mediaciones internacionales como en los procesos de paz de Mozambique en 1992 y luego en el desarme definitivo del grupo separatista vasco ETA.

Desde entonces, Zuppi mantuvo reuniones con representantes de Moscú y Kiev, se reunió en Washington con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y se prepara para viajar este mismo mes a Beijing para reunirse con representantes del Gobierno chino.

El Papa, por su parte, recibió en la Santa Sede al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en una reunión de 40 minutos en la que quedó de manifiesto la negativa de Kiev a una mediación que sentara a Moscú en la misma mesa, aunque no se descartó un plan de paz que tendiera puentes por separado.

La Santa Sede se comprometió a ayudar a Ucrania en la restitución de niños que Kiev denuncia que fueron llevados por la fuerza a Rusia, en lo que el propio Francisco definió como una tarea «humanitaria».

En marzo, Francisco había pedido «a las partes en guerra» que se respetasen los «lugares religiosos», así como a las personas consagradas de cualquier religión.