El papa Francisco instó hoy a que “los hombres manden al capital y no el capital a los hombres”, en un mensaje a cooperativistas reunidos en el Vaticano en el que criticó la explotación laboral, el trabajo en negro y a un “cierto liberalismo” político que no prioriza la redistribución de la riqueza.

“Hay quien ofrece 11 horas de trabajo al día por 600 euros al mes. Y si no te gusta, te dicen que te vayas a casa. Esto es lo que pasa en este mundo, donde si no aceptás otro lo hará. El hambre hace que se acepten también trabajos en negro, como todo el personal doméstico. ¿Cuántos de ellos tienen garantizada la jubilación?», indicó el pontífice.

En su mensaje ante representantes de la Confederación de cooperativas italianas, Francisco valoró el asociativismo y les pidió que encuentren «formas, métodos e instrumentos para combatir esta cultura del descarte, cultivada por los poderes que manejan las políticas económicas-financieras del mundo globalizado».

Por ello aconsejó a las cooperativas que se conviertan «en el motor que levanta y desarrolla la parte más débil de nuestras comunidades locales y de la sociedad civil» y que «piensen especialmente en los jóvenes y tantas mujeres que necesitan entrar en el mundo del trabajo, o a los adultos que pierden el empleo».

El papa se refirió asimismo a «la economía y su relación con la justicia social, y con la dignidad de las personas» y criticó «un cierto liberalismo que cree que sea necesario primero producir riqueza, no importa cómo, para después promover alguna política redistributiva por parte del Estado».

También invitó a que «el movimiento cooperativo tiene que ejercitar un rol importante para apoyar, facilitar y también dar ánimo a la vida de las familias» y por tanto instó a que se busquen soluciones para «la armonización entre trabajo y familia».

Jorge Bergoglio afirmó que «el dinero es el estiércol del diablo» y que «en una cooperativa auténtica, verdadera, no manda el capital sobre los hombres, sino los hombres sobre el capital».