El papa Francisco lamentó este lunes «la violencia devastadora» que azota a Etiopía al recibir en el Vaticano al patriarca de la Iglesia ortodoxa de ese país, Abuna Matthias.

«El sufrimiento ha hecho que los cristianos, divididos por muchos aspectos, se acerquen entre ellos», reconoció el papa.

Ustedes son testigos de «una violencia devastadora contra los cristianos y otras minorías en Oriente Medio y en muchas partes de África», dijo al referirse a los abusos de los grupos extremistas yihadistas.

«No importa si son católicos, coptos, ortodoxos o protestantes. La sangre es la misma. El testimonio de nuestros hermanos cristianos es un grito que debe ser escuchado por todo aquel que conoce la diferencia entre bien y el mal. Ese grito debe ser escuchado en particular por aquellos que tienen en sus manos los destinos de las naciones», lanzó el papa.

Al recibir al líder ortodoxo, Francisco aplica lo que llaman «el ecumenismo de la sangre» tras la histórica reunión el 12 de febrero en Cuba con el patriarca ortodoxo ruso Kirill.

«La sangre derramada por tantos mártires de todas las iglesias debe convertirse en semilla para la unidad de los cristianos», aseguró el pontífice ante el patriarca de Etiopía, cuya iglesia cuenta con 35 millones de fieles.

En abril de 2015, tras la emisión de un video que muestra la ejecución de 28 etíopes en una playa de Libia por el grupo Estado Islámico (EI), Francisco envió un mensaje de solidaridad a Matthias.

La Iglesia ortodoxa etíope es muy antigua, si bien forma parte de las Iglesias ortodoxas orientales, mantiene algunas prácticas judías como la circuncisión y la observancia del reposo el sábado.