El papa Francisco afirmó hoy que «construir puentes» es el «desafío más noble» y apostó por la unidad frente a la división y por fomentar la «armonía cuando parece que se impone la lógica de la exclusión y de la marginación», al recibir en el Vaticano a miembros de la Asociación de Padres de Escuelas Católicas (AGESC).

«Construir puentes: no hay desafío más noble. Construir uniones donde avanza la división, generar armonía cuando parece que se impone la lógica de la exclusión y de la marginación», sostuvo según informó la Santa Sede en un comunicado.

Francisco, que el próximo 8 de diciembre cumplirá 1.000 días como pontífice, defendió «la importancia de promover una educación en plenitud de la humanidad, porque hablar de educación católica es hablar de ser humano, de humanismo».

Además citó a San Juan Pablo II cuando en 1998 remarcó la necesidad de «crear puentes entre escuela y sociedad», e insistió en el deber de los padres católicos de dar a sus hijos «una educación integral y abierta a los valores del humanismo y el cristianismo».

A juicio de Bergoglio, una buena educación católica es aquella que «transmite una cultura que integre, no ideológica», y que «favorezca la armonía de la diversidad».