Cientos de ciudadanos franceses salieron a las calles de más de 150 ciudades para rechazar la implementación del pase sanitario para acceder a espacios de ocio y para manifestarse en contra de una posible vacunación obligatoria.

Desde agosto, aquellos franceses que desean realizar actividades de ocio como concurrir al cine, a un bar o hasta viajar en el transporte público, deben presentar un certificado que acredite la colocación de al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus.

Además, el gobierno de Francia, encabezado por Emmanuel Macron, estableció la obligatoriedad de la vacuna para los trabajadores de la salud -la cual comenzó a regir esta semana- pero algunos ciudadanos temen que esta iniciativa se extienda hacia toda la población.

Por estos motivos, se vienen realizando manifestaciones desde hace diez semanas para rechazar las políticas sanitarias llevadas adelante por las autoridades galas.

En tanto, la protesta que tuvo lugar este fin de semana se dio después de que Sanidad suspendiera a unos 3.000 trabajadores de la salud que se negaron a vacunarse contra el coronavirus.

Al respecto, una auxiliar de enfermería de 37 años señaló: “No me he vacunado, ni en sueños, y he dimitido. No estamos seguros de lo que contiene la vacuna, no somos conejillos de indias”.

Por otro lado, un manifestante declaró: “Es un obstáculo para la libertad si tenemos que tener un pase para ir al supermercado o al cine, o disfrutar de la vida después de un día agotador”.

Cabe señalar que de los casi 58 millones de franceses con edad de vacunarse, el 86% (lo que equivale a 50 millones de habitantes) ya ha recibido al menos una inyección.