Francia inició una reducción gradual de las restricciones adoptadas para luchar contra la pandemia de Covid-19, y desde ayer ya no es obligatorio llevar barbijo en la calle y no se respetará un aforo limitado en espacios culturales.

«Tenemos que seguir atentos, ya que la presión en los hospitales es aún elevada», aseguró el presidente Emmanuel Macron en una entrevista al diario La Voix du Nord, publicada este miércoles.

Aunque la media diaria de contagios se redujo ligeramente y se sitúa aún por encima de los 300.000, el número de pacientes en las unidades de reanimación de los hospitales se mantiene casi estable (3.751 ayer) y las internaciones aumentan, reseñó la agencia de noticias AFP.

Las medidas, anunciadas el 20 de enero por el primer ministro, Jean Castex, también incluyen el fin del teletrabajo obligatorio. Tampoco se limitará el aforo en los recintos deportivos, como en los estadios de fútbol.

Ante la situación en los hospitales, Francia no fue tan lejos como Dinamarca e Inglaterra y mantiene el pasaporte de vacunación que permite a los mayores de 16 años poder acceder a lugares de ocio y culturales.

La próxima fase de desescalada comenzará el 16 de febrero, cuando reabran las discotecas, cerradas desde el 10 de diciembre, y se autoricen de nuevo los conciertos de pie y las consumiciones en las barras de los bares.

En cuanto a las escuelas, Macron mencionó un eventual aligeramiento del protocolo sanitario que podría entrar en vigencia después de las vacaciones de invierno, a principios de marzo.