Los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Reino Unido y Alemania mantienen este jueves conversaciones con autoridades de Estados Unidos sobre las maneras de salvar el acuerdo nuclear con Irán, en una carrera contra reloj para evitar que la República Islámica restrinja el acceso a sus plantas a los inspectores de la OIEA.

El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, y sus pares alemán, Heiko Maas, y británico, Dominic Raab, se reunieron en París mientras que el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, participará por videoconferencia.

En el encuentro se abordará principalmente el acuerdo nuclear alcanzado con Irán en 2015, que pende de un hilo desde que el expresidente estadounidense Donald Trump lo abandonó unilateralmente en 2018.

El Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) tiene como objetivo impedir que Irán se dote armas nucleares, a cambio de un alivio gradual de las sanciones internacionales que asfixian su economía.

Pero la República Islámica respondió al restablecimiento de las fuertes sanciones estadounidenses incumpliendo progresivamente su parte del trato.

«Los recientes pasos de Irán no ayudan en absoluto, ponen en peligro la vuelta de los estadounidenses» al acuerdo, advirtió Heiko Maas antes del encuentro.

«Aparentemente, Irán no está interesado en aliviar las tensiones, sino en la escalada. Están jugando con fuego», agregó el ministro alemán, citado por la agencia de noticias AFP.

Irán fue también el tema central este miércoles de la primera conversación telefónica entre el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Los dos dirigentes destacaron la «importancia de mantener consultas estrechas sobre los asuntos de seguridad regional, especialmente Irán», indicó la Casa Blanca.

La intensificación de los intercambios diplomáticos se produce días antes de un plazo preocupante: en virtud de la nueva legislación aprobada en diciembre, el Gobierno iraní planea restringir el acceso de los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) a algunas instalaciones si Estados Unidos no levanta sus sanciones impuestas desde 2018.

El director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi, tiene previsto viajar el sábado a Teherán para «encontrar una solución mutuamente aceptable», según el organismo con sede en Viena, que está preocupado por el «grave impacto» de estas restricciones.

Rohani dijo que estaba dispuesto a recibirlo. «Si quiere negociar, que negocie», dijo ayer, asegurando que «no se trata de dejar nuestra actividad nuclear sin inspecciones».

Desde que Washington se retiró del acuerdo y reimpuso sanciones, Teherán se liberó paulatinamente de muchas de sus obligaciones.

La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca en enero levantó esperanzas de que se reanudara el diálogo entre Washington y Teherán, tras la política de «máxima presión» ejercida por su predecesor.

Pero Biden advirtió que Estados Unidos tiene la intención de volver al pacto solamente cuando Irán vuelva a demostrar que lo cumple plenamente.

Teherán tiene que garantizar «una total y rápida cooperación», insistió ayer el portavoz de la diplomacia estadounidense, Ned Price.

La República Islámica, por su parte, pide en primer lugar el levantamiento de las sanciones en su contra.

«Todavía queda una pequeña oportunidad para limitar el daño», advirtió Ellie Geranmayeh, experta en Irán del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).

«Lo que se necesita ahora son gestos estadounidenses concretos que muestren realmente a Irán que Estados Unidos se aleja de la política de máxima presión del mandato de Trump», expresó.