El candidato demócrata Joe Biden se veía este miércoles favorecido por la tendencia que proyectaban los medios norteamericanos en las elecciones presidenciales, pero Donald Trump denunció fraude y recurrió a la Justicia para que se detenga el recuento de los votos en algunos de los estados que podrían definir si retiene o no la Casa Blanca.

Con el escrutinio nacional avanzado, Biden se acercaba a los 270 escaños que necesita un candidato en el Colegio Electoral para ser declarado presidente de Estados Unidos, luego de que las principales cadenas de noticias proyectaran su triunfo en los cruciales estados de Wisconsin y Michigan, en el Medio-Oeste del país. No obstante, hay que esperar.

Horas antes, en la madrugada, y cuando los resultados aún no eran claros, Trump denunció fraude a favor de Biden y dijo estar listo a pedir a la Corte Suprema que resolviera las disputas sobre el escrutinio.

«Este es un fraude (…) Queremos que la votación se detenga», dijo desde la Casa Blanca, luego de que millones de personas se volcaran ayer las urnas para una elección histórica con la mayor participación desde que las mujeres lograron el derecho al voto, en 1920: un 66,8%, o 160 millones de electores, según la web Elections Project.

Por la tarde, cuando ya estaba claro que la Presidencia dependía de un puñado de estados donde aún se contaban los votos, su equipo de campaña impugnó el escrutinio ante la Justicia en Michigan y Pensilvania y pidió un recuento de votos en Wisconsin.

Las demandas exigen que se detenga el recuento en esos dos estados hasta que se dé «mejor» acceso a fiscales republicanos a los lugares donde se procesan y cuentan los votos, dijo Justin Clark, el subdirector de la campaña de Trump.

Trump iba por delante de Biden en Pensilvania, pero la distancia se estaba acortando a medida que se contaban los votos por correo, en una elección de escrutinio complicado en gran parte por la pandemia de coronavirus, que hizo que el voto por anticipado, presencial pero sobre todo por correo, batiera todos los récords: más de 100 millones.

Biden respondió a la ofensiva legal de Trump con una breve declaración leída desde Wilmington, en su estado de Delaware, en la que dijo que el pueblo no será «silenciado» ni «intimidado», informó CNN.

Cuando todavía seguían en suspenso los resultados de cinco estados, incluyendo, Georgia y Carolina del Norte, Biden señaló: «Está claro que hemos ganado suficientes estados para alcanzar los 270 votos electorales».

Más temprano, su equipo de campaña consideró «indignantes» y «sin precedentes» las declaraciones de Trump sobre impugnar la votación ante la Corte Suprema y aseguró que su equipo legal estaba «listo para actuar».

Con el nombre del ganador en suspenso en varios estados, el escenario para algunos se presentaba quizás más caótico que el de 2000, cuando las elecciones dependían del resultado de Florida y la Corte Suprema dio por ganador al republicano George W. Bush sobre el demócrata Al Gore luego de un litigio de 36 días. No está claro cuándo podrá conocerse el ganador en esta ocasión.

El recuento de votos siempre sigue después del día de las elecciones en Estados Unidos, y la mayoría de los estados tiene sus propias reglas sobre cuándo debe terminar.

Para el caso de las presidenciales, esto debe ser siempre antes de la fecha de diciembre en que se reúne el Colegio Electoral, que se fija por ley federal.

Varios estados aceptan votos por correo después del día de las elecciones, incluyendo Pensilvania, donde esos sufragios se reciben hasta tres días después de los comicios.

Los demócratas históricamente superan a los republicanos en la votación por correo, mientras que los republicanos suelen recuperar terreno el día de la votación.

Algunos estados cuentan primero los votos presenciales y luego los emitidos por correo, como Michigan y Wisconsin.

El presidente republicano se impuso en Florida, el más grande de los estados decisivos, pero Biden dio vuelta Arizona, un estado que no votaba por el candidato presidencial demócrata desde hace un cuarto de siglo, según proyectaron los principales medios.

Las elecciones del martes, al igual que la campaña, estuvieron marcadas por la histórica pandemia de coronavirus que ya dejó más de 232.000 muertos y devoró millones de empleos en Estados Unidos.

Según sondeo a boca de urna, tres de cada diez votantes tuvo a la economía como su principal preocupación, y una mayoría de ellos veía con buenos ojos la gestión de Trump en esta materia.