El pasado domingo, el reconocido diario británico Daily Mail, publicó filtraciones anómicas que remiten a cables diplomáticos “secretos”, de un período de alrededor de dos años, en las que se revelan mensajes del embajador del Reino Unido en Washington, sir Kim Darroch, para su majestad en Londres, que demostrarían que la interferencia de inteligencia extranjera en las elecciones de norteamericanas ha sido la del Reino Unido (y no de Rusia como se denunció), cuyo fin sólo podría ser minar la presidencia de Donald Trump.

Según los cables filtrados, el embajador Darroch, al referirse a Irán, deja entrever que desde el Reino Unido controlan a un grupo de belicistas “que le susurran a Donald” y que tienen acceso a los oídos del magnate que hoy preside Estados Unidos.

Esa versión indica, también acorde a lo que habría manifestado el funcionario británico en tierra norteamericana, que Trump nunca estuvo de acuerdo con una respuesta militar contra Irán, tras el derribamiento de un drone militar, pero que ante nuevos incrementos de la tensión y en tanto los británicos sigan “inundado la zona” de consejos, eso puede revertirse.

Esta publicación abre la incógnita sobre varias cuestiones, en especial sobre la procedencia e identidad de estos “asesores ocultos” que responden al Reino Unido y orbitan a Trump, y sobre todo cómo accedieron al último metro del poder estadounidense.

No son pocos los que alrededor del presidente comienzan a demandar una investigación a fondo, ya que no peligra solamente el interés de la soberanía y la seguridad nacional de Estados Unidos, sino también en el interés de la paz mundial.

Darroch, quien es caballero comendador de la Orden de San Miguel y San Jorge, es un funcionario de inteligencia y diplomático de carrera, quien ascendió bajo el gobierno de Tony Blair, como embajador a la Unión Europea de 2007 a 2015, y bajo el gobierno de David Cameron como Asesor de Seguridad Nacional desde enero de 2012 hasta septiembre de 2015, y ha sido embajador en Washington desde enero de 2016.

Por su trayectoria, el funcionario tiene fuertes ligazones con el aparato de inteligencia británico. Cuando era Asesor de Seguridad Nacional, él encabezó la comisión que reclutó a Robert Hannigan como jefe de la GCHQ (siglas en inglés del Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno, responsable de las operaciones cibernéticas, el par inglés de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos), entidad que realizó el “servicio” con el que se inició el fraude del “Rusiagate” para desatar el golpe contra el candidato Trump, y con periodicidad se reunía con los empleados de Hakluyt, la empresa de los altos funcionarios “retirados” del MI6 que participaron en la operación de Steele. Como embajador, el dio fe de Steele era “absolutamente” legítimo al ser consultado por funcionarios estadounidenses.

Darroch le aconsejó a Londres en el verano de 2017 que Gran Bretaña debía adoptar lo que denominó como una estrategia de “inundar la zona” con agentes británicos con raíces en Estados Unidos, para propiciar un ambiente “controlado” de asesoría y de inteligencia en torno al jefe de Estado, y hacia el pueblo norteamericano. En relación a este cable, el Daily Mail escribió:

“El diplomático resaltó también cómo pasa el Presidente sus tardes hablando por teléfono con sus amigos fuera del gobierno ‘en busca de refuerzos o una toma diferente’. Muchos de estos amigos han sido ‘cultivados’ por los británicos, se jacta sir Kim.

“Es importante ‘inundar la zona’: queremos tantos como sea posible de estos a quienes consulta Trump para darle la misma respuesta’, escribió. ‘Así que tenemos que ser creativos par utilizar todos los canales a nuestra disposición a través de nuestras relaciones con su gabinete. El personal de la Casa Blanca, y nuestros contactos entre sus amigos fuera’ ”.