Decenas de familias marcharon hoy pacíficamente en Hong Kong entonando consignas en contra del indiscriminado uso del gas lacrimógeno para dispersar las protestas antigubernamentales, en vísperas de un plebiscito que medirá el pulso entre los activistas pro democráticos y las autoridades leales a Beijing.

La policía antidisturbios ha disparado más de 9.000 cargas de gases lacrimógenos desde que comenzaron las protestas, en junio, en contra de un proyecto de ley de extradición a China que los hongkoneses vieron como un ejemplo de la erosión de sus derechos desde que la ex colonia británica fue devuelta a China en 1997.

Los manifestantes que salieron hoy a la calle aseguran que los gases que está lanzando la policía liberan unos químicos que provocan afecciones en la piel y problemas respiratorios, algo que las autoridades rechazan, aunque se han negado a revelar los químicos que contienen las latas de gas.

«El gobierno debería responder a las demandas de la gente y no usar gases lacrimógenos y otras tácticas duras para reprimir nuestra voz», dijo una manifestante citada por la cadena de noticias CNN, antes de que la marcha terminara pacíficamente.

Después de una fuerte escalada de la violencia el fin de semana, las protestas se tornaron más calmas en los últimos días por temor a que el gobierno posponga las elecciones bajo el pretexto de la violencia.

Los activistas llamaron a concurrir a votar en paz y sin máscaras para evitar ser atrapados por la policía, en unas elecciones en las que por primera vez se disputan los 452 escaños de los 18 consejos del distrito.

El secretario en jefe de Hong Kong, Matthew Cheung, informó que habrá un fuerte despliegue policial en los centros de votación para garantizar que las elecciones se desarrollen sin problemas.

Aunque hay una variedad de partidos que se presentan, los dos bloques más claros son los que representan a los activistas pro democráticos, que defienden el voto directo para elegir al jefe del Ejecutivo, y las actuales autoridades, cercanas a Beijing.

En total se presentaron 1.090 candidatos que compiten por 452 puestos de concejal de distrito, un cargo de escasa relevancia política que se limita a las cuestiones de la comunidad, como la mejora del transporte público, las zonas verdes o la gestión de basuras.

Sin embargo, los activistas lo ven como una prueba del verdadero alcance de las protestas y como una oportunidad de aglutinar el voto de los descontentos con la creciente influencia de China en el territorio.

En la actualidad, el movimiento democrático acapara unos 110 escaños y los análisis más optimistas apuntan a que mañana podrían aspirar a reunir unos 200 concejales, lo que sería un triunfo.

«No veo el fin de las protestas aunque los pro democracia ganemos las elecciones. Creo que van a seguir porque la gente está muy enojada con el gobierno», expresó a la agencia de noticias EFE Cheung Kai Yin, una activista de 33 años que se presenta por el Partido Democrático.