En tanto que consideran esta pregunta, tomen en cuenta el hecho de que Mike Pompeo es una pieza del imperio británico dentro del gobierno de Trump, que al igual que Henry Kissinger antes que él, ha jurado fidelidad a Londres, cuya política es la confrontación, no cooperación, con Rusia y China. Además, no olviden que Londres tiene la intención declarada de impedir un segundo período de Trump, a como sea.

Pompeo se reunió con el presidente del Consejo de Seguridad de la ONU el 20 de agosto para “presentar la notificación de réplica”, es decir, la demanda de Estados Unidos de que se reinstituyen a cabalidad todas las sanciones contra Irán que se habían levantado gradualmente bajo el acuerdo del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA por sus siglas en inglés), como se conoce el acuerdo nuclear con Irán. Ahora bien, Pompeo invoca el JCPOA a pesar de que Estados Unidos se retiró del mismo hace varios años. Luego de hacer esto, Pompeo amenazó directamente a Rusia y a China con imponerles a ellos sanciones, si no aceptan la réplica de Estados Unidos (de nuevo, que ya no es parte del acuerdo). Obviamente, altos funcionarios de Rusia y de China rechazaron de inmediato las arrogantes amenazas de Pompeo a las que caracterizaron de “absurdas”.

La semana anterior, el embajador de China en Estados Unidos, Cui Tkankai, declaró en una conferencia en el Instituto Brookings de Washington, DC, que la relación entre Estados Unidos y China “va en la dirección errónea”, que algunos califican de “en caída libre”. Dijo que, “es alarmante que hayan intentos no de negar”, la buena relación funcional que se estaba construyendo durante años entre los dos países, exactamente en el momento en que “una pandemia virulenta y una economía global desfalleciente a consecuencia de ello”, exige más cooperación, no menos cooperación. En consecuencia, exhorta a Estados Unidos a “trabajar con China y otros países para asegurar que el orden internacional y el sistema global satisfaga las necesidades de toda la comunidad internacional”, y “no dejar que la situación se salga de control”.

No duden de que los británicos no desaten una guerra efectivamente para lograr sus objetivos estratégicos. En su videoconferencia semanal del miércoles 19 de agosto, Helga Zepp-LaRouche trata el asunto directamente, y explica de entrada que algunos expertos “están preocupados de que la confrontación militar entre Estados Unidos y China ya no es impensable. Algunas personas tienen la inquietud de que esto podría suceder antes de las elecciones de Estados Unidos; pueden crear un incidente fácilmente, con el cual se vería confrontado Trump, como lo hemos visto ya varias veces en el pasado”.

Zepp-LaRouche coincide: «Yo creo que sí hay peligro de guerra, que la situación llegaría a eso; se podría salir de control. Y si estudias la lógica de la guerra nuclear, la probabilidad de que pueda llevar a una guerra nuclear general, es una cuestión dada absolutamente. Así que esta es una situación muy peligrosa, y exige un cambio de actitud total. Y el hecho de que ahí están los demócratas y gente dentro del gobierno de Trump, como Pompeo, Esper, Navarro, y demás, todos juntos metidos en esta campaña contra China, todo esto se tiene que contrarrestar realmente.

“Necesitamos la colaboración entre Estados Unidos y China en todos los ámbitos relevantes, en la economía, la pandemia, la situación de la salud mundial… Lo que está de por medio es la existencia de la civilización como tal”.

Zepp-LaRouche abordó luego la solución a la crisis: “Si ven todas las crisis en conjunto, la crisis financiera, el colapso económico, la pandemia, el peligro de guerra, no se pueden resolver estos problemas a nivel regional, ni tomando un problema a la vez. Se necesita un enfoque completamente diferente».

“Y como lo hemos argumento repetidamente, la única manera en que se puede lograr esto es que tenemos que hacer que los gobiernos más prominentes del mundo, o al menos una buena representación de esos gobiernos, adopten el tipo de reorganización total, por la que luchaba mi esposo Lyndon LaRouche, durante 50 años de su vida: Se necesita un nuevo sistema de Bretton Woods, que genere líneas de crédito barato a largo plazo para la industrialización de los países en desarrollo, para reindustrializar a Estados Unidos y a Europa, para cooperar con Rusia y China en el desarrollo de los países de África, Iberoamérica, del Caribe, de Asia, en especial, para superar la pobreza y la condición presente que permitió que esta pandemia arrasara fuera de control, en especial en llamado Tercer Mundo”.

Es por eso que la prioridad estratégica más apremiante es la realización de una reunión cumbre de los mandatarios de los 5 países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, para discutir las soluciones que ha especificado Lyndon LaRouche.

Fuente: Larouche Pac.