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Estados Unidos registra los mayores índices inflacionarios de las últimas cuatro décadas, con una suba de precios que incluso alteró el acceso cotidiano a productos básicos como la leche y el pan. Este último presenta un caso particular, ya que mantiene un alza constante que derivó en una fuerte caída en las ventas.

La situación que atraviesa el país estadounidense quedó plasmada en un informe de Bloomberg que marca que este año los precios del pan subieron en niveles sin precedentes. En algunos lugares llegaron a cobrar más de 10 dólares la unidad.

El director de estudios minoristas de la Universidad de Columbia, Mark Cohen, definió con crudeza el escenario actual: «Es como un puñetazo en la nariz». Según planteó, estos son precios que «nadie ha visto antes» y tienen «un impacto equiparable al de la gasolina llegando a 5 dólares por galón».

Esta realidad se percibe en las tiendas de comestibles de Estados Unidos. Según datos de la plataforma de seguimiento del comercio minorista NielsenIQ, la venta de pan cayó 2,7% en lo que va del año. Lo mismo -destaca el relevamiento- sucedió (en menor medida) con la leche y los huevos.

«Dos importantes productores de productos envasados ​​dijeron la semana pasada que están viendo una demanda menguante. En PepsiCo Inc., los aumentos de precios han afectado el volumen, incluidas las caídas en el último trimestre en América del Norte para sus bebidas, que van desde refrescos hasta jugos, y refrigerios. Conagra Brands Inc., el fabricante de la cecina Slim Jim y la salsa de tomate Hunts, planea seguir aumentando los precios aunque reconoce que esos aumentos provocaron una caída del 6% en las unidades», detalló la publicación de Bloomberg al momento de dar un panorama ante la escalada inflacionaria.

El mencionado informe traslada los números estadísticos al llano y pone el ejemplo de una ama de casa con tres hijos que, si bien siempre planificó las comidos en base a ofertas semanales, también tuvo que eliminar artículos de su canasta porque se presentaron inaccesibles para su poder adquisitivo. Esto no solo sucede con productos fácilmente reemplazables, como puede ser un jugo, sino que llega a la compra de carne.

Aún así, según Bloomberg, en las últimas semanas los precios de la gasolina y otros productos básicos han registrado algunas desaceleraciones, pero el pan igualmente podría mantenerse alto por más tiempo «porque tiene presiones específicas más allá de los crecientes costos de transporte y mano de obra que están afectando a casi todo». Entre estos últimos enumera la invasión rusa a Ucrania; el cambio climático, incluidas las sequías; y el retroceso del trigo en la superficie cultivada en los Estados Unidos durante años a medida que los agricultores cambian a cultivos más lucrativos como el maíz.

El mes pasado, los precios mundiales del trigo subieron casi un 50% después de alcanzar casi un récord en mayo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

El economista jefe de materias primas de StoneX Financial, Arlan Suderman, adelantó que la volatilidad en los precios del trigo y el pan probablemente se mantendrá hasta el próximo año.

La empresa de investigación industrial IBISWorld estima que la industria del pan de EEUU tiene un valor de casi 50.000 millones de dólares.

De vuelta en el escenario de cercanía, Bloomberg focaliza en el caso de una panadería y cafetería con cuatro sucursales en Chicago, La Boulangerie & Co., y relevó que aumentó recientemente los preciso del menú aproximadamente un 10% para compensar mayores gastos que abarcaron desde mantequilla hasta las reparaciones del refrigerador. Puntualmente en lo relacionado al pan, la cadena elevó el precio de sus baghettes en 50 centavos hasta llevarlo a 4 dólares y la barra brioche trepó a 11.50 dólares.

“Es realmente difícil porque ¿Cuánto podés pagar por una barra de pan?” dijo el propietario Vincent Colombet. “¿Podés pagar 20 dólares por una barra de pan? No. Estamos realmente aplastados entre el martillo y el yunque”.