La líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), Nicola Sturgeon, reafirmó este domingo que la reciente victoria electoral de su fuerza le da legitimidad para impulsar un nuevo referéndum de independencia del Reino Unido, pese al rechazo del Gobierno británico.

El primer ministro británico, Boris Johnson, que tiene la última palabra para permitir o no el referéndum, se opone rotundamente. Cabe mencionar que en 2014 hubo otra consulta popular, donde ganó la opción de permanecer en el Reino Unido.

Si el SNP intenta legislar para obtener un referéndum en Escocia, donde crece el descontento tras el Brexit y la gestión de la pandemia y el Gobierno del Reino Unido no coopera, la disputa podría resolverse en los tribunales.

“Sería absurdo y completamente indignante”, dijo Sturgeon este domingo a la BBC, después de que su partido arrasara en Escocia en las elecciones locales del jueves pasado en el Reino Unido y quedara a un banca de la mayoría absoluta en el Parlamento escocés.

Si Johnson veta el referéndum, “significaría que un Gobierno conservador se ha negado a respetar la voluntad democrática del pueblo escocés”, advirtió Sturgeon.

Johnson ya se había pronunciado en contra de un nuevo referéndum de independencia a principios de año, cuando visitó Escocia.

El líder conservador escribió esta semana en un diario británico que un referéndum sería “irresponsable” y que la prioridad es afrontar la recuperación económica tras la pandemia de coronavirus que dejó más de 127.000 muertos en el Reino Unido.

Por ello instó a Sturgeon a “trabajar juntos” frente a los “desafíos compartidos”, en una carta que su oficina difundió anoche y en la que invitó a una reunión con los líderes de las tres naciones del reino con gobiernos locales: Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

“En lugar de centrarnos en lo que divide, centrémonos en lo que une”, dijo este domingo Michael Gove, el ministro responsable de coordinar la acción del Gobierno, en declaraciones a la cadena de TV SkyNews.

Por su parte, Sturgeon aseguró a BBC que la salida de la pandemia seguía siendo su prioridad, pero que “después de la crisis” tenía la intención de “dar al pueblo escocés la oportunidad de elegir su propio futuro en un referéndum”.

En 2014 ya hubo un referéndum en el que el 55% de los escoceses optó por permanecer en el Reino Unido.

Basándose en esa votación, Johnson sostiene que un referéndum de este tipo solo puede celebrarse “una vez cada generación”.

Sin embargo, el SNP cree que el Brexit cambió las reglas del juego, ya que el 62% de los escoceses se opuso a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) en el referéndum sobre esa cuestión celebrado en 2016.

El objetivo del SNP es que Escocia se incorpore a la UE como Estado independiente.

Gove subrayó que, a diferencia de las elecciones locales de 2011, en las que los independentistas obtuvieron una amplia victoria y que condujeron a la celebración de un referéndum tres años después, esta vez “el SNP no obtuvo una mayoría” absoluta.

Según los resultados de la elección, difundidos el sábado, el SNP obtuvo 64 de los 129 del Parlamento escocés, uno menos que la mayoría absoluta.

Sin embargo, el SNP puede unir fuerzas con el partido de los Verdes, también partidarios de la separación del Reino Unido.