La primera ministra británica Theresa May dijo que estaba «consternada» por los “manoseos” a azafatas que presuntamente se produjeron en una cena benéfica de empresarios en Londres.

El acoso sexual se produjo en el lujoso Hotel Dorchester de la capital británica la semana pasada, en una cena sólo para hombres, unos 360, uno de ellos un miembro del gobierno, que fueron atendidos por 130 azafatas, entre ellas una reportera encubierta del diario Financial Times que reveló todo.

Por esto, David Meller, miembro no ejecutivo del consejo de dirección del departamento de Educación desde 2013, y uno de los organizadores del evento, abandonó su cargo luego de las acusaciones. Aunque manifestó que no participó ni fue testigo de los abusos.

Se trata de la cena anual del Presidents Club, en la que se recauda dinero para obras benéficas. «Pensaba que esta clase de actitud, esa cosificación de las mujeres, era algo del pasado», dijo May en una entrevista con la agencia de prensa financiera Bloomberg coincidiendo con su participación en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza).

«Acabaremos y erradicaremos esa actitud», prometió. El escándalo ya golpeó al corazón del poder británico. El empresario David Meller fue destituido de una comisión del ministerio de Educación y el secretario de Estado de Familia e Infancia, Nadhim Zahawi, tuvo que dar explicaciones por asistir a la cena, aunque se defendió asegurando que se marchó antes de que los asistentes hostigaran a las mujeres.