El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y su par ruso, Vladimir Putin, se reunirán mañana para buscar negociar una solución a la crisis que envuelve a Siria desde hace ocho años y que presenta un cambio de escenario con la anunciada retirada de tropas del país árabe por parte de Estados Unidos.

A tal efecto, Erdogan viajará mañana a Moscú, informó la agencia turca de noticias Anadolu.

«El objetivo de la visita es, sobre todo, coordinar con Rusia la situación que surgirá después de la retirada de Estados Unidos» de Siria, dijo el portavoz presidencial turco, Ibrahim Kalin.

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Este primer viaje de Erdogan al extranjero en el año que comienza, ratifica la estrecha comunicación con Putin: ambos líderes hablaron por teléfono 18 veces durante 2018 y se entrevistaron en persona siete veces más.

Turquía está negociando con EE.UU. crear y controlar una franja de seguridad de 32 kilómetros de ancho a lo largo de la frontera turcosiria, expulsando de ella a las milicias kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo (YPG), aliadas de Washington en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Ankara considera terrorista al YPG por sus vínculos con el Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda de Turquía, y quiere acabar con la administración autónoma que las milicias kurdas han establecido en el norte de Siria.

Sin embargo, Rusia se opone a esa idea argumentando que dificultaría que al gobierno del presidente Bashar al Assad, al que Moscú respalda, para que éste pueda recuperar el control sobre ese territorio.

«Estamos convencidos de que la única opción y la más óptima es el traspaso de esos territorios al control del Gobierno sirio, el Ejército sirio y las administraciones locales», manifestó recientemente el ministro ruso de Exteriores, Seguei Lavrov.

Moscú y Ankara apoyan a bandos enfrentados en Siria: el respaldo militar ruso es vital para Damasco, mientras que las tropas turcas arman y apoyan a las milicias islamistas surgidas de la rebelión contra el gobierno del país árabe.

La posibilidad de que ante un avance turco el YPG prefiera entregar el territorio a Assad preocupa a Ankara, pero es del agrado de Moscú, por lo que la retirada estadounidense podría abrir nuevos conflictos de intereses entre Turquía y Rusia.

«Aplaudimos y apoyamos los contactos iniciados entre representantes kurdos y las autoridades sirias con el objetivo de acordar cómo restaurar la vida en un Estado único sin injerencia exterior», sostuvo Lavrov.

Erdogan anunció también una próxima cumbre tripartita con Putin y el presidente iraní, Hasan Rohani, que se prevé puede celebrarse en los próximos meses.