Lula Da Silva asumío este domingo 1 de enero la presidencia de Brasil por tercera vez, en una multitudinaria jornada llevada adelante en la capital del vecino país, Brasilia.

En la ceremonia de investidura anunció durante que su Gobierno reforzará su política exterior basada en la integración latinoamericana en el Mercosur, la Unasur y el grupo Brics, además de mantener un diálogo «activo y altivo» con Estados Unidos, China y la Unión Europea (UE).

«Debemos romper el aislamiento al que fue sometido al país. Debemos ser dueños de nuestro destino», aseguró Lula, quien además prometió activar la banca pública para reforzar el mercado interno de consumo y utilizar el Presupuesto para una nueva era de industrialización de la mayor economía de América Latina.

El nuevo mandatario fustigó en varios tramos de su discurso de asunción a gobierno «negacionista» y «oscurantista» que ejerció hasta hoy el ultraderechista Jair Bolsonaro.

«Dije que la misión de mi vida sería cumplida cuando cada brasileño y brasileña pudieran comer tres comidas al día. Tener que repetir este compromiso hoy es el síntoma más grave de la devastación que ha impuesto al país en los últimos años», se lamentó.

El brasileño se impuso siempre fruto de elecciones libres, en una historia republicana iniciada en 1889 con el fin del Imperio y que tuvo etapas de fraude, de revoluciones y golpes, el último en 1964, que instaló una dictadura militar por 21 años.

La historia republicana de Brasil se inicia en 1889, un año después del cese oficial de la esclavitud para ponerle fin al Imperio con un golpe contra el monarca Dom Pedro II dado en Río de Janeiro por el mariscal Deodoro Da Fonseca, considerado el primer presidente del país.

Brasil tuvo su primera constitución republicana en 1891, que instaló un fraude tolerado entre las elites agrícolas de Río de Janeiro y San Pablo, llamada la política del café con leche, en un período que termina en 1930 con el golpe del caudillo nacionalista Getulio Vargas.

Vargas se instaló en el poder hasta 1945 con un régimen que alteró la incorporación de leyes sociales y laborales con un régimen autoritario conocido como el Estado Novo.

En 1950 fue elegido democráticamente para consolidar su proyecto industrializador y petrolero, inaugurando un período de leyes sociales y laborales que culmina con su suicidio en 1954, que evitó un golpe de Estado, tras lo cual fue elegido Juscelino Kubitschek, un desarrollista que creó Brasilia y cambió la capital para impulsar la economía del entonces inhóspito interior.

El golpe de Estado del 31 de marzo de 1964 instaló una dictadura de 21 años y derrocó al presidente constitucional Joao Goulart, que murió en Corrientes, Argentina, exiliado en 1976, un deceso que fue investigado como un posible envenenamiento en el marco del Plan Cóndor.

En la fase moderna, con la sexta república surgida de la Constitución de 1988 tras el fin de la dictadura militar, Brasil ha vivido dos juicios políticos con impeachments: en 1992 fue destituido Fernando Collor de Mello y en 2016 Dilma Rousseff.

El fin de la dictadura fue en 1985, pero el presidente José Sarney asumió porque había muerto su compañero de fórmula y mandatario electo Tancredo Neves. Neves-Sarney se impuso en una elección indirecta del Congreso, dando inicio al período de transición para que la primera elección directa ocurra en 1989, con Collor venciendo a Lula.

Apenas tres presidentes lograron la reelección: Fernando Henrique Cardoso (1994-2002), Lula (2003-2010 y Rousseff (2011-2016). Bolsonaro fue el primer presidente en funciones que fracasó en ser reelecto.