El papa Francisco intentó bajar la temperatura de un Ecuador caldeado por protestas antes de la misa campal que oficiará este martes en Quito y a la que asistirá el presidente Rafael Correa, justo en el centro de manifestaciones que exigen su salida del poder.

El Papa abogó por el fin de las diferencias en la víspera del encuentro con los fieles en el parque Bicentenario, donde oficiará la última liturgia antes de emprender rumbo a Bolivia el miércoles.

«Voy a dar la bendición para este gran y noble pueblo ecuatoriano; para que no haya diferencias, que no haya gente que se descarte. Que todos sean hermanos, que se incluyan a todos y no haya ninguno que esté fuera de esta gran nación», dijo Francisco el lunes en la noche.

Una multitud de creyentes se congrega desde el lunes bajo la lluvia y el frío en el parque Bicentenario, donde están habilitados 420.000 metros cuadrados para la liturgia.

El lunes el Papa reunió a unos 800.000 fieles en Guayaquil (suroeste) bajo un sol implacable, y les envió un mensaje centrado en la familia, en los retos que enfrenta, y presentó a una Iglesia dispuesta a ayudar antes que a reprochar.

A su regreso a Quito, sostuvo un encuentro privado con Correa cuyos temas no han trascendido. El líder religioso había llamado el domingo a su anfitrión a fomentar «el diálogo y la participación sin exclusiones».

El pontífice de 78 años regresó a Sudamérica después de haber visitado Brasil en 2013, para cumplir una gira de ocho días que concluirá el domingo en Paraguay.

Correa, entre los esperados

Desde el 8 de junio, Correa afronta protestas de alcaldes y sectores de clase media y alta que exigen su salida del poder por sus políticas de corte socialista.

Correa, que ha destacado su afinidad con el Papa latinoamericano en su prédica contra la pobreza, se enfrascó en un duro pulso en las calles a raíz de su intención de elevar, para los ricos, los impuestos a las herencias y a la plusvalía.

El oficialismo también se ha movilizado para neutralizar una supuesta intentona golpista que denunció Correa, en el cargo desde 2007.

Las manifestaciones han dejado 15 policías heridos y 37 detenidos, de acuerdo con autoridades. A pesar de que en los últimos cuatro días no se produjeron nuevas movilizaciones de la oposición, los fieles han hecho escuchar a Francisco el «¡Fuera Correa, fuera!», convertido en grito de guerra en el último mes.

Este martes el mandatario, que ha llenado de elogios al Papa por su encíclica verde en la que critica el consumismo y denuncia las amenazas capitalistas contra el medio ambiente, es esperado en la misa campal en Quito. En su discurso de bienvenida, Correa le dijo a Francisco: «La fundamental cuestión moral en América Latina es precisamente la cuestión social, más aún si por primera vez en la historia, la pobreza y la miseria en nuestro continente no son consecuencia de la falta de recursos, sino de sistemas políticos, sociales y económicos perversos».