La Misión de Naciones Unidas para Afganistán advirtió hoy que el conflicto afgano sigue ensañándose con la población y que los niños suponen ya casi la tercera parte de las víctimas civiles, según sus cifras del primer trimestre del año.

A principios de 2016, la misma misión de la ONU había publicado otro informe que destacaba que el año pasado había sido el más violento para los ciudadanos afganos con más de 3.500 muertos civiles y cerca de 7.500 heridos. En ese momento, los niños representaban un cuarto de los fallecidos.

La directora de derechos humanos de la misión de Naciones Unidas, Danielle Bell, informó que entre el 1 de enero y el 31 de marzo murieron 161 niños y 449 resultaron heridos, un aumento del 29% en comparación a los 123 fallecidos durante el mismo período el año pasado.

Según la funcionaria de la ONU, los atentados y los combates se están concentrando en lugares frecuentados por menores de edad, como parques, mercados, escuelas.

«Si los combates continúan cerca de escuelas, lugares de recreo, casas y hospitales, y las partes continúan usando artefactos explosivos y morteros, estas cifras horribles de niños muertos y mutilados seguirán», sentenció en diálogo con la prensa, según informó la agencia de noticias.

Este nuevo informe de la ONU reafirma la tendencia marcada por su relevo anterior, publicado a principio de año.

Según sus conclusiones de 2015, el número de víctimas civiles en Afganistán se elevó en gran parte por los cada vez más habituales enfrentamientos armados en zonas rurales o en las periferias de las urbes, y por los cotidianos atentados suicidas en las grandes y medianas ciudades.

El vocero de la Policía de Kunduz, Hijratullah Akbari, informó hoy que al menos 49 combatientes talibanes murieron y otros 61 resultaron heridos en las últimas horas en duros combates con el Ejército en esa provincia del noreste de Afganistán.

Desde el fin de la misión de combate de las fuerzas internacionales de la Otan, a finales de 2014, los talibanes han ganado terreno en diversas zonas de Afganistán.

Dentro de esta avanzada masiva, la región de Kunduz se convirtió en uno de los principales frentes de batalla del país y los desplazados civiles ya se cuentan por cientos de miles. En medio de estos combates, Estados Unidos, aliado de Kabul tras la invasión de 2001, bombardeó en octubre pasado un hospital de Médicos Sin Fronteras y mató a 14 empleados, 24 pacientes y cuatro de sus familiares que los cuidaban.

Las milicias insurgentes, incluido el movimiento talibán, fueron responsables, según la ONU, por el 62% de las víctimas civiles del año pasado en el país, mientras que las fuerzas gubernamentales y progubernamentales lo son de al menos el 17%.

El 20% restante corresponde a episodios de violencia que no fueron reivindicados por ningún grupo o fuerza.

Actualmente el gobierno afgano y la cúpula talibán reactivaron los contactos para revivir el diálogo de paz en el vecino Pakistán, el mismo que el año pasado fue suspendido. Sin embargo, todavía no han podido reiniciar las negociaciones.

Mientras que el informe de la ONU de principio de año hace mención a algunos actores nuevos que se sumaron al conflicto afgano, como la milicia extremista Estado Islámico, las conclusiones del texto demuestran que la naturaleza de la violencia en el país sigue siendo la misma que se desató en 2001, cuando Estados Unidos invadió y derrocó al gobierno talibán.

Desde entonces, el país asiático sufrió las devastadoras consecuencias de más de una década de ocupación militar internacional y de una cruenta insurgencia armada, que aún continúa desangrando a la población civil.

Al menos 34 muertos en el norte de Afganistán debido a intensas lluvias

Al menos 34 personas murieron y decenas resultaron heridas en el norte de Afganistán debido a las intensas lluvias que comenzaron a caer el sábado y que han provocado la crecida de ríos e inundaciones.

El desborde de ríos ha inundado además cientos de hectáreas de cultivo dejando pérdidas aún sin cuantificar en las provincias de Balkh, Samangan y Baghlan, en el norte, y Bagdhis, en el noroeste, debido a las intensas lluvias caídas, informó la agencia española EFE.

El jefe de Policía de Bagdhis, la provincia más afectada, indicó que se han registrado 25 muertos, entre ellos dos niños, y 80 heridos.

El gobernador de Badghis, Anawar Eshaqzai, dijo que ha dado instrucciones a los organismos pertinentes para que hagan «todo lo que puedan con la gente afectada con comida y otros suministros que puedan necesitar».

Las lluvias también dejaron seis muertos, tres de ellos niños, en Samangan, según indicó Sediq Azizi, portavoz del gobernador provincial.

Azizi señaló que docenas de casas han sido afectadas y cientos de hectáreas de cultivo se han perdido.

En Balkh han muerto tres personas y ocho han resultado heridas, según declaró a Efe el portavoz provincial, Munir Ahmad Farhad, quien puntualizó que la cifra de víctimas puede aumentar en las próximas horas.

Además alrededor de un centenar de viviendas han sido destruidas y las carreteras cortadas en Baghlan, según indicó Omar Mohammadi, portavoz de la Oficina del Ministerio de Gestión de Desastres del país.

Intensas lluvias ya dejaron la semana pasada al menos 21 muertos en el sur del país e importantes daños en áreas agrícolas de esa zona del país asiático.

Las lluvias dejan cada año importantes daños personales y materiales en países del sur de Asia, especialmente durante el periodo del monzón entre junio y septiembre.