Foto gentileza Lindon Sanmartin

 

Las inclemencias climáticas vienen azotando en los últimos días varias regiones del sur de Ecuador.

Desde la tarde del pasado domingo 14 de marzo, en las provincias de Azuay, Cañar y Loja tuvieron lugar fuertes lluvias que incluyeron granizo, truenos y actividad eléctrica. También hubo derrumbes y vías bloqueadas.

El pasado miércoles 17 de marzo, en la ciudad de Ambato, el temporal causó estragos. Tanto al norte y el sur de la urbe se taparon los desagües en las calles por la inmensa cantidad de agua recibida. Distintos puentes y otros corredores fundamentales para el tránsito, como El Socavón, Miraflores y Ficoa, quedaron anegados.

Por su parte, en Loja, ese mismo miércoles y por cuarta vez en menos de una semana, el río Malacatos volvió a registrar una crecida, se salió de su cauce e inundó el centro y norte de la ciudad ecuatoriana.

Alrededor de unos 20 minutos de un aguacero intenso, con truenos y relámpagos incluidos, azotaron la zona. Desde la noche del sábado 13, momento en que acaeció la más fuerte inundación de ocho manzanas del centro-norte de la ciudad, aún no se ha podido sacar el barrial depositado en las calles.

La mayoría de ellas son corredores claves para el fluir del transporte en la ciudad, pero una capa gruesa de tierra -que con el sol de la mañana se seca y los vehículos levantan polvo; y en las tardes, al llover, regresa el lodazal- impide el natural funcionamiento.

Los lojanos resaltan al día de hoy su preocupación por esta situación, dado que las lluvias diarias agudizan el problema y les afecta a la salud.

Los lugareños señalan por estas horas que se ven obligados a juntar con palas y escobas para evitar que se taponen los sumideros, ya que todavía no tienen agua potable: aún no concluyen las reparaciones de los dos sistemas de suministro afectados por deslizamientos.